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Salud y Bienestar

Cada vez más personas padecen Parkinson y esta podría ser la razón

La incidencia de la enfermedad de Parkinson y del parkinsonismo aumentó de manera significativa en 30 años, entre 1976 y 2005, reveló un estudio que realizaron científicos de Mayo Clinic.

Esta tendencia se observó de manera particular entre los hombres de 70 o más años de edad. Según los científicos, éste es el primer estudio que plantea esta mayor tendencia, informó Mayo Clinic en un comunicado.

El análisis muestra que los hombres de todas las edades, por cada 10 años calendario, tenían un riesgo 17 por ciento mayor de desarrollar parkinsonismo y un riesgo 24 por ciento superior de desarrollar la enfermedad de Parkinson.

También reveló que en los hombres de 70 años o más había un aumento significativo: un riesgo 24 por ciento más alto de desarrollar parkinsonismo y un riesgo 35 por ciento mayor de padecer la enfermedad de Parkinson por cada 10 años calendario.

Con la aplicación del Proyecto Epidemiológico de Rochester, los científicos de Mayo Clinic lograron ver los expedientes médicos completos —desde el nacimiento hasta la muerte— de todas las personas del condado de Olmsted, Minnesota, diagnosticadas con al menos una de las enfermedades del parkinsonismo.

Un especialista en trastornos del movimiento revisó los expedientes para confirmar el diagnóstico y clasificar los diferentes tipos de parkinsonismo, incluido el tipo más común, que es la enfermedad de Parkinson.

Según el doctor Rodolfo Savica, autor principal del trabajo y neurólogo de Mayo Clinic, existen razones para creer que ésta es una tendencia real.

La tendencia probablemente no sea producto de sólo los cambios en la concienciación de las personas ni de los aplicados en la práctica médica con el transcurso del tiempo, pues existen pruebas que plantean la presencia de un aumento genuino en el riesgo para la enfermedad de Parkinson”, explicó.

En Estados Unidos, ha habido un cambio drástico en la exposición a algunos factores. Sabemos que en los últimos 70 años, más o menos, han cambiado algunos agentes ambientales, como pesticidas o tabaquismo, y otras sustancias del ambiente”, mencionó.

Los cambios en la exposición a varios factores de riesgo podrían ser los responsables en el aumento de este padecimiento, subrayó el especialista.

El estudio se basó en casi mil pacientes afectados por el parkinsonismo y es el primero en considerar las tendencias de riesgo duraderas en 30 años.

Además, aporta pruebas contrarias a dos estudios anteriores realizados en Estados Unidos y otro en Canadá que no revelaron ninguna tendencia, pero sobre todo, se opone a tres estudios del Reino Unido que planteaban un posible descenso en la ocurrencia de la enfermedad de Parkinson con el transcurso del tiempo.

El parkinsonismo es un término que abarca a la enfermedad de Parkinson, pero también incluye a otros trastornos. El diagnóstico de parkinsonismo requiere la presencia de lentitud en el movimiento y de por lo menos otro síntoma, sea de temblor en reposo, rigidez muscular o tendencia a caerse.

La enfermedad de Parkinson se define como tener manifestaciones de parkinsonismo, pero sin otras causas conocidas, y es el tipo más común de parkinsonismo.

El parkinsonismo y la enfermedad de Parkinson tienden, en general, a afectar más a los hombres que a las mujeres, afirmó Savica.

 

Con información de Notimex

Salud y Bienestar

¿Pérdida de olfato un síntoma de insuficiencia cardíaca? Esto es lo que un estudio científico revela

Un reciente estudio científico ha sacudido las bases médicas al revelar que la pérdida del sentido del olfatopodría ser un indicativo temprano de insuficiencia cardíaca, una condición grave que afecta a millones de personas en todo el mundo. Este hallazgo inesperado pone en alerta a la comunidad médica y destaca la importancia de reconocer señales menos conocidas de problemas cardíacos.

La insuficiencia cardíaca, caracterizada por la incapacidad del corazón para bombear sangre de manera eficiente, puede llevar a complicaciones severas como ritmos cardíacos irregulares, daño renal, hepático e incluso la muerte súbita. Tradicionalmente, la pérdida del olfato se ha asociado con problemas respiratorios o neurológicos, pero este nuevo estudio publicado en el Journal of the American Heart Associationsugiere una conexión directa con la salud cardiovascular.

Según los investigadores, el bulbo olfatorio, responsable de la percepción de olores, puede verse afectado por la disminución del flujo sanguíneo cuando el corazón no funciona adecuadamente. Este fenómeno podría explicar por qué la anosmia (pérdida del sentido del olfato) podría actuar como un marcador precoz de riesgo para desarrollar insuficiencia cardiaca congestiva.

El estudio se basó en datos recopilados de aproximadamente dos mil 500 participantes del estudio ABC de la Salud del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, inscritos entre 1997 y 1998. Durante un seguimiento de 12 años, se observó que aquellos que experimentaron eventos cardiovasculares tenían más probabilidades de experimentar pérdida del olfato.

La investigación concluyó que los individuos con pérdida de olfato tenían un riesgo aproximadamente un 30% mayor de desarrollar insuficiencia cardiaca congestiva en comparación con aquellos que no presentaban esta condición. Este hallazgo subraya la importancia de evaluar regularmente la salud cardiovascular en personas que experimentan cambios en el sentido del olfato, especialmente en grupos de riesgo como personas mayores o con antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.

La duración de la pérdida del olfato puede variar significativamente en personas con insuficiencia cardiaca. En algunos casos, la anosmia puede ser temporal y mejorar con el tratamiento adecuado para las condiciones cardíacas subyacentes. Sin embargo, si la insuficiencia cardíaca no se maneja de manera efectiva, la pérdida del olfato puede persistir indefinidamente, destacando la importancia de la atención médica oportuna para evitar complicaciones a largo plazo.

Aunque la pérdida del olfato puede ser atribuida a múltiples condiciones médicas, es crucial no pasar por alto este síntoma, ya que podría ser un indicativo de problemas cardiovasculares subyacentes, incluida la insuficiencia cardiaca. Se recomienda consultar a un médico ante cualquier cambio en la percepción de olores para descartar posibles complicaciones de salud más serias.

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