La ciudad de Nueva York (EE.UU.) fue escenario este miércoles del asesinato de una mujer y de la venganza inmediata por parte de su pareja contra el asesino, reporta el periódico New York Post. Parte del suceso fue captado por las cámaras y ahora circula por las redes.
La grabación muestra [las imágenes pueden herir su sensibilidad] a Lizbeth Mass, una trabajadora de la construcción de 52 años, tendida sin vida en la acera, después de que, presuntamente, José Everaldo Reyes, su celoso pretendiente, abriera fuego contra ella durante la pausa del almuerzo
Tras matar a Mass, el tirador guarda su pistola en la cintura y se dirige hacia su bicicleta, cuando Dwayne Walker, el novio de la víctima, irrumpe al volante de su coche y lo atropella violentamente, haciéndolo volar por los aires.
El hombre intenta levantarse sujetándose a una señal de tráfico, pero Walker da marcha atrás, arrollándolo por segunda vez. A continuación, el novio de la víctima sale del automóvil, empuja a Reyes sobre el capó y empieza a darle puñetazos durante varios segundos, el tiempo que tardaron en llegar varios agentes de Policías que procedieron a arrestar al presunto asesino.
El amor no correspondido
José Everaldo Reyes era un empleado de mantenimiento que vivía solo y que solía almorzar con Mass, por la que se sentía atraído. Este miércoles también compró almuerzo para ella, pero la aparición de su novio le frustró los planes de pasar un rato con la mujer.
Cuando Walker salió de escena, Reyes volvió al lugar y mató a tiros a la trabajadora valiéndose de una pistola que había robado a un policía jubilado. Sin embargo, el novio vio el crimen desde su coche y fue directo a por Reyes.
El presunto asesino, que fue hospitalizado después de ser arrestado, afronta cargos por asesinato en segundo grado, homicidio involuntario, y posesión y uso criminal de arma de fuego. La Policía no presentó cargos contra el novio de Mass.
Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.
Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.
En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.
Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.
Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.