Con 237 asesinatos en lo que va de este año, cinco más en mayo, esta ciudad volvió a sus tiempos negros, que entre 2006 y 2012 llegaron a sumar casi dos mil muertes por año, así como secuestros, desapariciones y otros delitos de alto impacto.
La cifra de muertos de enero a abril de este año ya rebasó a la del mismo periodo del año pasado, cuando se reportaron 226 homicidios.
La diferencia entre la violencia de la primera década de 2000 y la mitad de la segunda es que hay nuevas estrategias para captar jóvenes: se les contrata a través de las redes sociales, como Facebook, para que ocupen el “cargo” de asesinos.
Entre 2006 y 2012 se perpetraban casi dos mil muertes al año —un promedio de cinco al día—, las calles de Tijuana se convirtieron en un cementerio, no sólo por los cadáveres regados, sino por el cierre de comercios.
El secuestro había hecho víctima a esta ciudad, pues rompía el círculo en que los procuradores de Justicia y jefes policiacos constreñían la delincuencia, ya que golpeaba a comerciantes; muchos se terminaron yendo de Tijuana.
Según informes estadísticos de Seguridad Pública estatal, en los primeros siete meses de 2015, en Tijuana hubo 323 homicidios, lo que representa casi 20% más en el mismo periodo de 2014.
Durante 2010 Tijuana vivió bajo el imperio del terror, cuando la disputa por la plaza entre el menguado cártel de los Arellano y capos emergentes como El Teo y El Muletas convirtieron esta frontera en su campo de batalla.