La policía brasileña controló este domingo un motín en una cárcel de Natal, en el noreste, que sumó al menos diez muertos a los más de cien que ya dejó una guerra entre facciones criminales desatada en centros penitenciarios en 2017.
Las fuerzas de seguridad ingresaron en la mañana al presidio de Alcaçuz, el mayor del estado de Rio Grande do Norte, catorce horas después de iniciada la rebelión, que las autoridades sospechan es el más reciente episodio de una sangrienta lucha por el control del narcotráfico en las cárceles del país.
«La situación está absolutamente controlada», dijo Caio Bezerra, secretario de Seguridad Pública del distrito, en una rueda de prensa.
Walber Virgolino, secretario de Justicia del distrito, afirmó que las autoridades manejan la hipótesis de que «hay más de diez reclusos muertos».
El dato definitivo será informado probablemente esta tarde, aseguró, en momentos en que la tropa de choque de la policía aún trabaja dentro del recinto.
La rebelión comenzada en la tarde del sábado estalló luego de que presos supuestamente de diferentes organizaciones criminales lograron salir de sus pabellones para enfrentarse brutalmente.
Las fuerzas de seguridad cercaron el exterior de la cárcel y debieron esperar hasta el amanecer del domingo para irrumpir con vehículos blindados ya que los detenidos había cortado la luz y conseguido armas pesadas.
El coordinador de la administración penitenciaria estatal, Zemilton Silva, señaló en la víspera que había cuerpos decapitados, un símbolo recurrente del nivel de violencia que se vive en las cárceles superpobladas del país.
El presidente Michel Temer dijo en su cuenta de Twitter que sigue el caso de cerca y que había ordenado prestar al estado «todo el auxilio necesario».
El Ministerio de Justicia convocó a los secretarios de Seguridad de todos los estados del país a una cumbre el próximo martes para estudiar «medidas inmediatas para la crisis del sistema penitenciario», que además de las macabras matanzas recientes ha sufrido numerosas fugas.
Familiares esperando información tras un motín en una prisión brasileña, la de Desembargador Raimundo Vidal Pessoa, en Manaos, el 8 de enero de 2017
El centro penitenciario Alcaçuz se erige a unos 25 kilómetros de Natal en un área rodeada de dunas. Según datos de la secretaría de Estado de Justicia, tiene capacidad para 620 presos, pero su población es de 1.083. ESCENARIO DE GUERRA.
Las cárceles se han convertido en escenario de una guerra por el control del narcotráfico que la autoridades atribuyen a los dos principales grupos criminales del país: el Primer Comando de la Capital (PCC) de Sao Paulo y el Comando Vermelho de Rio de Janeiro y sus aliados.
Los diarios brasileños aseguran que la pelea en Alcaçuz enfrentó al PCC y el Sindicato del Crimen, aliado del Comando Vermelho, pero la Secretaría de Seguridad del estado dijo en un comunicado que está investigando «la participación de facciones».
«En Rio Grande do Norte como en cualquier estado de Brasil existen esas facciones que quieren dominar el país y otras que resisten ese avance (…) Trabajamos para separarlas, las vigilamos y hacemos transferencias [de reclusos] para intentar quebrarlas», explicó el secretario Virgolino al canal de noticias Globonews.
El martes, el gobierno desplegó 200 efectivos de la unidad especial de Fuerza Nacional en los estados norteños de Amazonas y Roraima luego de dos matanzas de gran escala en sus cárceles.
En Manaos, capital de Amazonas, 56 presos murieron en un motín el pasado 1 de enero, en la segunda mayor masacre carcelaria registrada en Brasil.
Y cuatro días después, el horror se repitió en una cárcel de Boa Vista, capital de Roraima, donde murieron 33 presos.
Donald Trump ordenó paralizar toda la ayuda militar a Ucrania
El presidente Donald Trump ordenó el lunes una “pausa” en la asistencia estadounidense a Ucrania después de la reunión en la Oficina Oval del viernes, mientras Trump busca presionar al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para que entable conversaciones de paz con Rusia.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que Trump está concentrado en alcanzar un acuerdo de paz para poner fin a la guerra de más de tres años desatada por la invasión total de Ucrania por parte de Rusia, y quiere que Zelensky se “comprometa” con ese objetivo. El funcionario agregó que Estados Unidos estaba “deteniendo y revisando” su ayuda para “asegurarse de que está contribuyendo a una solución”. El funcionario habló bajo condición de anonimato para poder hablar sobre la asistencia.
Trump criticó el lunes al presidente ucraniano por sugerir que el fin de la guerra de Rusia contra Ucrania probablemente “está todavía muy, muy lejos”.
Los comentarios se producen mientras aliados destacados de Trump intensifican la presión sobre Zelensky para que cambie drásticamente su enfoque hacia el presidente estadounidense, quien ha hecho del fin rápido de la guerra una de sus principales prioridades, o se haga a un lado.
La larga y complicada relación entre los líderes ha llegado a su punto más bajo después de una desastrosa reunión en la Casa Blanca en la que Trump y el vicepresidente JD Vance criticaron a Zelensky por no estar lo suficientemente agradecido por el apoyo de Estados Unidos a Ucrania desde que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó la invasión en febrero de 2022.
“Esta es la peor declaración que Zelensky podría haber hecho, ¡y Estados Unidos no la tolerará por mucho más tiempo!”, dijo Trump en una publicación en su plataforma Truth Social sobre los comentarios que Zelensky hizo el domingo por la noche mientras hablaba con periodistas en Londres.
El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky sale de la Casa Blanca después de reunirse con el mandatario Donald Trump, el viernes 28 de febrero de 2025, en Washington (AP Foto/Jose Luis Magana)
Más tarde el lunes, en un evento en la Casa Blanca, Trump se refirió a los presuntos comentarios de Zelensky y afirmó que el líder ucraniano “mejor no tenga razón en eso”.
“Si alguien no quiere llegar a un acuerdo, creo que esa persona no durará mucho”, añadió Trump. “No se le escuchará por mucho tiempo”.
Trump se mostró en desacuerdo con Zelenskyy, quien sugirió que tomaría tiempo llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra. El líder ucraniano también intentó ofrecer una visión positiva de la relación entre Estados Unidos y Ucrania tras la reunión de la Casa Blanca de la semana pasada.
Cuando un periodista le preguntó sobre las líneas generales de una nueva iniciativa europea para poner fin a la guerra en Rusia, Zelensky respondió: “Hoy estamos hablando de los primeros pasos y, por lo tanto, hasta que no estén en el papel, no me gustaría hablar de ellos en gran detalle”.
“Un acuerdo para poner fin a la guerra está todavía muy, muy lejos, y nadie ha iniciado todavía todos esos pasos”, añadió.
Pero Trump se irritó aún más cuando Zelensky sugirió que tomará tiempo para que el conflicto llegue a su fin.
“Es lo que estaba diciendo, este tipo no quiere que haya paz mientras tenga el apoyo de Estados Unidos y Europa, en la reunión que tuvieron con Zelensky, declaró rotundamente que no pueden hacer el trabajo sin Estados Unidos. Probablemente no haya sido una gran declaración en términos de una demostración de fuerza contra Rusia”, agregó Trump en su publicación. “¿En qué están pensando?”
Zelensky recurrió a las redes sociales poco después de las últimas críticas de Trump. No se refirió directamente a los comentarios de Trump, pero subrayó que “es muy importante que intentemos que nuestra diplomacia sea realmente sustantiva para poner fin a esta guerra lo antes posible”.
“Necesitamos una paz verdadera y los ucranianos son los que más la desean, porque la guerra está destruyendo nuestras ciudades y pueblos”, añadió Zelensky. “Estamos perdiendo a nuestro pueblo. Necesitamos detener la guerra y garantizar la seguridad”.