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Resto del mundo

¿Ya conoces el avión Beluga XL?

El Beluga XL, el avión de gran capacidad de Airbus destinado a transportes de piezas entre diferentes centros de producción del fabricante aeronáutico europeo, efectuó el jueves su primer vuelo de prueba por el suroeste de Francia.

El aparato, característico por su enorme fuselaje que puede llevar en su interior el de otros aviones antes de su ensamblaje, despegó de la sede de Airbus en Toulouse a las 10.30 locales (8.30 GMT) y aterrizó allí mismo casi cuatro horas más tarde.

La tripulación de cabina estuvo compuesta por el comandante francés Christophe Cail, el copiloto español Bernardo Sáez-Benito Hernández y un ingeniero de vuelo, el también francés Jean-Michel Pin, precisó la empresa en un comunicado.

Se encargaron de monitorizar los sistemas y de verificar el comportamiento del avión dos ingenieros de ensayos en vuelo, Laurent Lapierre y Philippe Foucault.

El que voló el jueves es el primero de los cinco Beluga XL que está previsto que se fabriquen, y que entrarán en servicio progresivamente de aquí a mediados de 2022. La certificación del primero, al término del periodo de pruebas, se espera para mediados del año próximo.

El programa del Beluga XL se lanzó en noviembre de 2014 para responder a las crecientes necesidades de transporte de piezas de aviones entre sus diferentes plantas y para tomar el relevo de los cinco Beluga ST con los que opera actualmente.

Podrá transportar una carga máxima de 51 toneladas en un trayecto sin escalas de hasta 2.200 millas náuticas (4 mil 74 kilómetros).

Gracias al aumento de sus dimensiones respecto al ST (7 metros más de longitud, 5.5 más de envergadura y 1.7 más de altura) podrá, por ejemplo, trasladar dos alas del A350 a la vez, y no una.

El Beluga XL deriva de la versión de carga del A330-200, mientras que el ST se basaba en el A300, el primer avión desarrollado por el grupo europeo.

Agencias

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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