El matrimonio infantil y adolescente es una práctica nociva que persiste en el país y que va acompañada de cifras preocupantes de niñas que se convierten en madres.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), en México hay 323 mil 936 niñas y adolescentes de entre 10 y 17 años que están casadas, separadas o divorciadas, que viven en unión libre o que ya son viudas, mientras 198 mil 426 tienen al menos un hijo.
En específico, 300 mil 331 adolescentes de entre 15 y 17 años han tenido una experiencia en pareja, como el matrimonio o la unión libre, es decir, prácticamente una de cada diez jóvenes
De ellas, 191 mil 582 tienen por lo menos un hijo, lo que equivale a 6% de adolescentes entre 15 y 17 años.
“Seguimos teniendo tasas de embarazo temprano preocupantes. El 6% de las adolescentes de 15 a 17 años en el país reportan tener un hijo nacido vivo.
“Esto sigue marcando una tendencia progresiva, de crecimiento; hemos crecido en los últimos cinco años un punto porcentual”, advirtió Juan Martín Pérez García, director de la Redim.
En el caso de las niñas de entre 10 y 14 años, en una estadística generada por la Redim a partir de la Encuesta Intercensal 2015 del Inegi, destaca que 23 mil 605 se han casado, separado o divorciado, han vivido en unión libre o son viudas.
Acerca de la maternidad en las niñas en ese rango de edad, seis mil 844 ya son madres de por lo menos un hijo.
Según la Redim, Guerrero, Tabasco y Michoacán tienen las más altas tasas de matrimonio y maternidad de niñas y adolescentes.
“De poder”
“El matrimonio infantil se considera una práctica tradicional nociva, ése es el concepto en derechos humanos”, dijo Pérez García, al referir que diversos estudios han encontrado que en promedio, las parejas de niñas y adolescentes que se casan son mayores que ellas por siete años.
“Estamos hablando de relaciones de poder, de conveniencia y de desprotección de mujeres adolescentes”, acotó.
Aún persiste, por ejemplo, el acuerdo entre familias, principalmente en comunidades indígenas, tras un abuso sexual, de casar a niñas o adolescentes con su propio agresor, en una especie de trata de moderna, contó.
En noviembre pasado. ONU Mujeres llamó a la armonización legislativa para establecer la edad mínima del matrimonio a los 18 años.
Excelsior