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Opinión

4 de Junio: Dos visiones de país. Por Caleb Ordoñez T.

A unos cuantos días de las elecciones en Estado de México y Coahuila, el panorama deslumbra el triunfo de Morena en el Estado más poblado del país con capacidad de votar. Mientras que el PRI mantendría el norteño estado fronterizo.

Caleb Ordóñez T.

Durante meses, ambas elecciones han acaparado la atención de la política mexicana. Todas las encuestas serias ponen muy encima a la maestra Delfina Gómez para alcanzar la tan ansiada gubernatura para el morenismo. Estamos hablando de casi 13 millones de electores en el Estado de México. Muy por encima de los escasos 2.3 millones de coahuilenses que integran el padrón electoral.

Los contrastes en México han quedado evidenciado en ambas elecciones. En el Edo. De México se mostró un poderoso músculo federal. El puño del presidente López Obrador se ha ejercido de forma aplastante. Primero, eligiendo a su candidata favorita sin importar los malos resultados que tuvo en su anterior aventura como candidata. Segundo, inmovilizando al gobernador priísta Alfredo del Mazo, quien aseguran, se ha pronunciado a favor de Morena en sus círculos más cercanos. Y como tercera manifestación, el presidente ha enviado a los operadores más efectivos del país para arropar la candidatura de su partido.

Esto, combinado con la inclinación del mini partido Movimiento Ciudadano en contra del PRI, ha ocasionado una “cargada” que tiene a Delfina, según algunos sondeos, hasta 25 puntos o más por encima de Alejandra del Moral.

Se ha repetido desde años atrás, el presidente debía ganar sí o sí el Estado de México a fin de perpetuar su régimen. Costara lo que costara, parece que el próximo 4 de Junio, podrá celebrar una victoria trascendental para su movimiento y legado electoral.

La rebeldía norteña…

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Opinión

Faroleando. Por Raúl Saucedo

Bluf entre discursos

El póker y la geopolítica comparten una característica esencial: el arte del engaño. En ambos, el «bluf» (la capacidad de proyectar una imagen de fuerza o determinación que no se corresponde con la realidad) puede ser una herramienta poderosa para obtener ventajas.
Los líderes mundiales, al igual que los jugadores de póker experimentados, recurren al «bluf» para mejorar sus posiciones estratégicas, económicas e incluso militares.
Un ejemplo clásico es la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962. Tanto John F. Kennedy (USA) como Nikita Khrushchev (URSSS) utilizaron el «bluf» para presionar al otro. Kennedy, al imponer un bloqueo naval a Cuba, proyectó una imagen de firmeza dispuesta a llegar a la guerra. Khrushchev, por su parte, faroleó con la capacidad nuclear soviética, amenazando con una respuesta devastadora. En realidad, ambos líderes buscaban evitar un conflicto nuclear, pero el «bluf» les permitió llegar a un acuerdo que satisfizo, al menos en parte, sus intereses.
El «bluf» no se limita a situaciones de crisis. En el ámbito económico, los países pueden utilizarlo para obtener mejores condiciones en negociaciones comerciales. Un gobierno puede amenazar con imponer aranceles a productos extranjeros, a sabiendas de que dicha medida perjudicaría también a su propia economía. Sin embargo, la amenaza, si se percibe como creíble, puede ser suficiente para que el otro país ceda en sus demandas.
En el ámbito militar, el «bluf» puede consistir en exagerar la capacidad bélica propia o minimizar las debilidades. Un país puede realizar demostraciones de fuerza (desfiles militares, pruebas de misiles) con el objetivo de disuadir a potenciales adversarios. Esta estrategia, conocida como «disuasión por el miedo», se basa en la idea de que un enemigo percibido como poderoso será menos propenso a atacar.
Sin embargo, el «bluf» es una herramienta arriesgada. Si se descubre el engaño, la credibilidad del líder o del país puede verse gravemente dañada. Un «bluf» fallido puede incluso provocar el efecto contrario al deseado, incentivando al adversario a actuar de forma más agresiva.
En la era de la información, el «bluf» se vuelve aún más complejo. La proliferación de medios de comunicación y redes sociales dificulta controlar la narrativa. Un «bluf» puede ser rápidamente desmentido por periodistas, analistas o incluso ciudadanos con acceso a información.
A pesar de los riesgos, el «bluf» seguirá siendo una herramienta fundamental en la geopolítica. En un mundo donde la información es poder, la capacidad de manipular la

percepción de la realidad puede ser la clave para alcanzar los objetivos de una nación. Los líderes mundiales, como jugadores de póker con las cartas boca abajo, continuarán faroleando en el escenario mundial, buscando obtener la mejor mano posible para sus países.
La aportación de esta semana viene a colación de los últimos acontecimientos de la semana donde las declaraciones del próximo presidente de USA ha causado que el bluf internacional crezca con fines de negociación tanto económicos como militares.
A 5 semanas de que acabe el año y el próximo 20 de enero a la vuelta de la esquina, el Faroleo en el poker internacional está subiendo las apuestas, mientras tanto los jueves de flamenquito aligeran la incertidumbre de lo que viene.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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