Hasta el pasado miércoles Estados Unidos había expulsado a México a por lo menos 4 mil venezolanos por cinco puntos fronterizos, informó ayer la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La entrega de los migrantes ha sido por Tijuana, Baja California; Ciudad Juárez, Chihuahua; Nogales, Sonora; Piedras Negras, Coahuila, y Matamoros, Tamaulipas, dijo Josep Herreros, oficial asistente de protección de la agencia internacional en México.
Destacó que el principal reto que enfrenta el gobierno es determinar cuáles serán las opciones que se les brindará para permanecer de manera temporal en el país.
“Si una persona quiere estar en Estados Unidos, necesita pedir un permiso temporal” aquí, para aplicar a la nueva vía de admisión que presentó el gobierno de Joe Biden. Por ello, “es importante ver con las autoridades a qué tipo de documentación se pueden acoger las personas, si serían tarjetas de visitante por asuntos humanitarios o cuáles”, señaló Herreros en entrevista.
Expuso que las autoridades mexicanas han entregado a los migrantes documentos de distinta naturaleza, según el puerto de entrada por donde llegaron. A unos les han dado plazo de salida de siete días y a otros de 15 o 30.
En tanto, entre los migrantes expulsados brotan el enojo, la frustración y tristeza, al recordar que salieron de su nación con la certeza de que serían recibidos en Estados Unidos, pero en lugar de ello “fuimos humillados y sin explicación alguna nos regresaron al sur”.