A los adultos les encanta disfrazarse casi tanto como a los niños. La única diferencia entre estos amos del disfraz es que los niños no necesitan una excusa para disfrazarse. En cambio, los adultos parecen sentirse más cómodos cuando hay un tema de por medio.
¿Buscas un atuendo que se adapte a tu fetiche? Con Halloween en el horizonte próximo reunimos algunos de los eventos de disfraces más locos que existen.
1. Deja salir a tu geek interior
A los nerds autoproclamados (y unos cuantos de clóset) no les faltarán eventos que satisfagan su capricho más excéntrico.
Aunque tiene bastante competencia (el Festival de Ovnis de Roswell, en el que se exhorta a los participantes a disfrazarse como su extraterrestre favorito), la Comic-Con es probablemente el evento más esperado del calendario para los geeks ávidos de usar un disfraz.
La edición de San Diego no es solo la original, sino que es la mayor convención relacionada con los cómics. El año pasado reunió a más de 130,000 visitantes que llevaban disfraces de personajes de Star Trek, superhéroes de cómics e incluso una que otra princesa de Disney. Como se ha vuelto «el» evento en el que cualquier franquicia de Hollywood puede reunir un séquito de culto (y hay bastantes), la Comic-Con ha logrado con los años que los geeks se vuelvan un poco chic, ya que las celebridades de primera categoría que también se disfrazan para asistir.
2. Ojos bien cerrados
Los aficionados de Stanley Kubrick deberían dirigirse a Italia para participar en uno de los mayores festivales de máscaras de la Tierra.
Durante el Carnaval de Venecia, la «ciudad sin calles» adopta una atmósfera especialmente surrealista mientras miles de turistas se unen a los locales al portar elaboradas máscaras y túnicas durante diez días de celebraciones. Aunque el Carnaval se remota a la Edad Media, la versión moderna inició actividades en la década de 1970 (por culpa de Napoleón, quien acabó con la diversión cuando invadió en 1797).
La Plaza de San Marcos se atiborra de turistas y fotógrafos que retratan a los profesionales que pasean vestidos con túnicas adornadas y esas tenebrosas máscaras con apariencia de ave que hacen famosa a la ciudad.
3. El deleite para los viajeros en el tiempo
Durante el festival del Renacimiento Scarborough Faire, que se celebra cada fin de semana en abril y mayo, las 242,000 personas que lo visitan anualmente tienden a vestir prendas de la época. El festival recrea el año de 1533, en el que Enrique VIII se casó con Ana Bolena.
El gerente general, Coy Sevier, dice que históricamente, durante una boda real, el rey y la reina recorrían todas las aldeas de su reino. Señala que dicho evento es un buen motivo para organizar una reunión dedicada a los disfraces extravagantes.
«Claro que cada vez que el rey viene al pueblo es buen momento para arreglarse, vestir las prendas más finas y organizar un buen espectáculo», dice. Aunque los actores profesionales tienen que sujetarse a altos estándares y los guardias de los disfraces se aseguran de que ningún detalle esté fuera de lugar, los demás pueden participar como quieran.
«Tenemos visitantes que llegan disfrazados del Dr. Who. Tenemos toda una selección de mosqueteros. Aunque hay un par de cientos de años de diferencia, están más que bienvenidos», dice.
4. ¡Ahí vienen los vikingos!
Las islas Shetland, en Reino Unido, son el hogar del mayor festival del fuego del mundo, el Up Helly Aa, un remanente de la época vikinga. El evento se celebra con una procesión de 1,000 guizers —hombres disfrazados de vikingos— que caminan desde la ciudad de Lerwick hasta llegar al Valhalla, en donde arrojan antorchas encendidas a un barco vikingo.
Aunque los disfraces están reservados principalmente a los locales, cualquiera puede presenciar el evento. El año pasado, 5,000 espectadores vitorearon a la muchedumbre que portaba cascos mientras se preparaba para hundir otro barco.
5. Rienda suelta a la oscuridad
Los amantes de lo macabro harán bien en visitar Leipzig, Alemania, durante el festival anual Wave-Gotik-Treffen. Los disfraces son notablemente diversos; es tan común ver robots futuristas como personajes románticos vestidos de negro al estilo de Byron. Lo único que parece unir a los 20,000 participantes es el gusto por la cultura gótica (que resulta ser muy variada).
«Dentro de la escena se han desarrollado nuevos estilos musicales en los últimos años. En muchos casos, la moda está conectada a ese gusto especializado y por eso hay una gama tan amplia», explica Cornelius Brach, organizador del festival.
6. ¿Quieres participar?
En 1995, la pequeña ciudad de Nederland, Colorado, Estados Unidos (con 1,470 habitantes) se volvió el símbolo involuntario de la criogenia. Unos años antes, se envió a la ciudad el cuerpo de Bredo Morstøl —un ciudadano noruego— para que se conservara congelado en la casa de su hija, Aud Morstøl. Cuando la desalojaron por vivir en una casa que no tenía electricidad ni instalación hidráulica, acudió con la prensa local con la esperanza de rescatar los restos de su padre.
Actualmente, el Abuelo Bredo, como lo conocen en el lugar, está almacenado en un cobertizo y un grupo de voluntarios se encarga de entregar los 725 kilos de hielo seco que lo rodean. En 2002, la ciudad decidió conmemorar el evento en el festival Frozen Dead Guy Days (los días del muerto congelado), un homenaje anual de tres días a los cadáveres y al frío.
«Somos un pequeño pueblo en las montañas y es difícil ganarse la vida. En la Cámara de Comercio dijeron, ‘bueno, nos conocen como el pueblo que tiene un muerto congelado, así que hagamos un festival'», explica Amanda MacDonald, organizadora del evento.
Los eventos relevantes de esta fiesta comprenden una carrera de ataúdes, un desfile de carrozas fúnebres, zambullidas con disfraces en agua helada y la Frozen Blue Ball: una fiesta de disfraces con temática de muertos. Aunque todo se vale en lo que respecta a los disfraces, el tema suele girar alrededor de las cosas frías. Los pingüinos son populares, dice MacDonald.
Fuente CNN
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