Con los periodistas chihuahuenses masacrados, Héctor Javier Salinas Aguirre y Javier Moya Muñoz, se han registrado del año 2000 a la fecha, un total de 103 homicidios, destacando 87 periodistas, 8 trabajadores de la prensa, 6 familiares y dos amigos de comunicadores, además de 14 desapariciones forzadas.
Como se recordara, en octubre del 2008, la extinta Procuraduría General de Justicia del Estado (Pgje) identificó a las 11 personas ejecutadas en el interior del centro nocturno «Bar Río Rosas», entre ellas el periodista y articulista David García Monroy.
Este sería uno de las primeras masacres que se recuerdan en la historia sangrienta del estado, en lugares públicos donde personas inocentes han perdido la vida por actos de agresión del crimen organizado que en su afán de acabar con la integrantes de grupos contrarios, han provocado una cantidad muy alta de muertes colaterales.
De nueva cuenta, el gremio periodístico se ve afectado por la muerte de manera circunstancial de dos destacados periodistas de l capital, cuando un grupo armado ingresó al bar El Colorado y de manera artera y cobarde, abrieron fuego contra todas las personas que se encontraban en el interior, cuando de acuerdo con la información proporcionada por las autoridades de la Fiscalía General del Estado, los sicarios iban en búsqueda de dos presuntos narcomenudistas.
El gremio periodístico, en un manifiesto dirigido a las autoridades demandan la atracción inmediata de las investigaciones para el esclarecimiento de estos hechos y al gobierno del estado de Chihuahua, que de manera expedita coadyuve con las autoridades federales para que se tutelen los derechos humanos vulnerados.
“El crimen de nuestros compañeros no debe prestarse al lucro político, ni de ninguna especie, todos debemos respetar el dolor de las familias», indica el documento firmado por diversas organizaciones periodísticas de la ciudad, el Estado e incluso del país.
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