Aproximadamente 1 de cada 25 pacientes que buscaban tratamiento en hospitales de Estados Unidos adquirieron una infección allí en 2011, según un nuevo estudio publicado el miércoles en el New England Journal of Medicine.
Los pacientes adquirieron 721.800 infecciones en los hospitales ese año, de acuerdo con la investigación. De los infectados, alrededor de 75.000 murieron, según los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades en Estados Unidos, aunque el estudio no investigó con qué frecuencia una infección en realidad causó o contribuyó a la muerte del paciente.
La neumonía e infecciones en quirófanos fueron los tipos más comunes de infección (cada uno de ellos representa alrededor del 22% de todas las infecciones) seguidos por las infecciones gastrointestinales, tales como Clostridium difficile, infecciones del tracto urinario e infecciones del torrente sanguíneo.
Si bien destaca la nefasta realidad de que demasiadas personas contraen infecciones cuando buscan tratamiento médico en hospitales y otros centros para el cuidado de la salud, el estudio también muestra un avance respecto a los cálculos anteriores.
En 2002 hubo un aproximado de 1,7 millones de infecciones asociadas al cuidado de la salud y 155.668 muertes de pacientes infectados. En 98.987 de esas muertes, los médicos dijeron que la infección de los pacientes en realidad causó o contribuyó a la muerte.
Cuando se trata de reducir las tasas de infección, «hay grandes datos que muestran que en realidad podemos hacer una diferencia significativa», dice el Dr. Michael Bell, director de la División de promoción de la calidad en el cuidado de la salud de los CDC.
Por ejemplo, las infecciones en el torrente sanguíneo de vías centrales (vías insertadas en el pecho en una vena) disminuyeron en un 44% entre 2008 y 2012; éste es el resultado, dicen los expertos, de requerirle a los hospitales que sigan una simple lista de verificación de las mejores prácticas.
«Pero al mismo tiempo, no estamos haciendo un trabajo perfecto de hacer todo lo que deberíamos hacer, en todo momento», dice Bell, «y aún no hemos resuelto cuál es la mejor manera de manejar algunas cosas… por ahora».
Las infecciones C. difficile, por ejemplo, se han vuelto más severas en los últimos diez años, y más bacterias son resistentes a los antibióticos. Las infecciones resistentes a los antibióticos representan por lo menos 23.000 muertes cada año, según los CDC.
Aun así, los índices de infección en los hospitales varían de forma significativa en los estados, e incluso entre hospitales vecinos.
«Hay algunos lugares excelentes que están haciendo un buen trabajo y me encantaría que me trataran ahí», dice Bell.
«Además, en cada tipo de instalación hay lugares que me preocupan mucho. También puede estar relacionado al personal y a los recursos; podría estar relacionado a la forma de hacer las cosas».
El Dr. Peter Pronovost, el director del Instituto Armstrong para la Seguridad del Paciente y Calidad en Johns Hopkins, recomienda que los pacientes investiguen las tasas de infección de sus hospitales locales en el sitio web de comparación de hospitales Centers for Medicare and Medicaid Services antes de tiempo, si es posible.
«Estas infecciones del torrente sanguíneo en la Unidad de Cuidados Intensivos a menudo son una medida utilizada como indicador de que algo anda mal», dice Pronovost. «En otras palabras, si un hospital se organiza para enfocarse en la seguridad y las disminuye, es un buen indicador de que están trabajando en colaboración, incluso si no estás en la UCI».
Una vez te encuentres dentro de una instalación, dice Pronovost, los pacientes pueden responsabilizar a los médicos de las mejores prácticas al pedirle a los doctores y enfermeras que se laven las manos cuando entran a la habitación y al indagar acerca del tiempo apropiado para que los catéter y otros aparatos médicos -fuentes comunes de infección- sean eliminados.
«Aunque hemos tenido mucho éxito a nivel nacional, aún hay algunos hospitales cuyas tasas de infección son muchas veces más altas que el promedio nacional. La realidad es que a menudo no hacen mucho al respecto», dice Pronovost. «No hay rendición de cuentas para un hospital que tiene tasas de infección muy altas, y en mi opinión, absolutamente debería haberla».
El estudio incluyó a 183 hospitales y participaron 11.282 pacientes entre mayo y septiembre de 2011.
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