Más de 26 millones de pesos es el monto que solicitó el alcalde de Chihuahua, Javier Garfio Pacheco, para indemnizar a las víctimas del Aeroshow. 10 millones irán directo a los bolsillos de los deudos, y los otros 16 serán para atender las secuelas de los heridos y familiares de las víctimas, entre las que se encuentran graves lesiones y daño sicológico.
Es justo que se indemnice a las víctimas, sin duda. El problema es que este dinero acabará saliendo, como todo, de sus impuestos, y no de quienes lucraron haciendo un evento chafa y cobrando millones por él. Los que se enriquecieron con este negocito siguen libres, los que lo permitieron también, y el único encerrado es el chófer, por el gravísimo delito de no tener las suficientes influencias como para burlarse de la justicia.
Aún falta definir cuánto le tocará a cada quién y, sobre todo, qué pretexto legal usarán para tomar el dinero de todos los chihuahuenses y pagar con él las babosadas de unos cuántos. Por lo pronto están haciéndoselas de cantada, pues van ya cuatro meses de puras promesas y parece que serán muchos meses más. Cuesta y Dueñas, entre tanto, no han perdido ni un quinto, qué paguen los chihuahuenses.
Los que sí reaccionaron a tiempo fueron Guille Vega y Polo Mares, quienes recularon en su intención de recuperar los terrenos del Museo Casa Redonda para ampliar el estacionamiento del Centro de Convenciones, en una decisión muy oportuna y quizá ‘sugerida’ desde arriba. El hecho es que ellos tenían la sartén por el mango, pero prefirieron buscar la opción de comprarle terrenos a Ferromex, su vecino de atrás, o de hallar otra alternativa. Valió la pena la rabieta de la gente de cultura. Muy bien por todos y pues es por el bien de Chihuahua.
Pero quien se llevó ayer la mejor palomita fue Jaime Herrera, secretario de Hacienda, quien se llevó calificación casi perfecta de la Auditoría Superior del Estado con 99.3 en rendición de cuentas durante el primer trimestre del año, y se analizaron rubros como nómina, obras, compras, contratos, deudas, y todo. Y por si quedan dudas, invitó a Transparencia Nacional a checarlo, pues dice que no falta ni un peso por declarar.
Ya ensoberbecido por el mérito, Herrera destacó que jamás de los jamases se ha considerado aumentar el precio de la tarifa al transporte público, de por sí deficiente, y así le cerró la puerta a los delirios de los directivos de la CTC, que aglutina a los concesionarios, a quienes ve como chantajistas y artífices del presupuesto. Se quedaron muy mal acostumbrados a que el gobierno les resuelva todo a partir de aumentos a la tarifa y subsidios.
Quien también quiere lucirse es el gobernador César Duarte, quien quiere dar cifras alegres en su IV Informe de Gobierno, para tratar de aliviar los estragos de las nefastas reformas de Enrique Peña Nieto, que han pegado duro a la economía en el estado, pero en particular a Juárez. Quiere lucirse en economía y seguridad… a ver si lo logra.
Mientras, las organizaciones civiles están acudiendo a organismos como la Organización de las Naciones Unidas, para denunciar las graves violaciones a los derechos humanos en la entidad, en particular la desaparición forzada. Hay por lo menos 15 casos sólidamente documentados en Chihuahua, 11 de ellos en Juárez.
Y el PRD ya no halla de dónde sacar vida. Los que quedan ya no tienen cara de salir a pedir el voto mostrándose como oposición, o como alternativa viable de partido, mientras que el PRI es difícil que quiera seguirles regalando sus votos a cambio de bajarse los pantalones, para eso están Nueva Alianza, el PT y el Verde.
Es por eso que quienes quedan en el PRD están cerrando filas con Librado Tarango, achichincle de Hortensia Aragón, y ahora están por definir quién será el dirigente en Chihuahua de este partido zombie, al cual esperan poder arrancarle todavía lo poco que le queda de carnita. La lógica de la carroña.
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