La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó este martes que hasta el momento hay 759 casos y 467 muertes en Guinea, Sierra Leona y Liberia desde que el brote comenzó en marzo, según un comunicado publicado el martes.
El organismo dijo que «es necesario tomar medidas drásticas» para detener el brote mortal en África Occidental. Ya han enviado equipos de expertos para ayudar a la gente a hacer frente a la epidemia. Se reunirán esta semana para discutir la forma de contenerlo.
Los trabajadores humanitarios dijeron que la epidemia ha llegado a proporciones sin precedentes.
«La epidemia está fuera de control», dijo el médico Bart Janssens, director de operaciones de Médicos Sin Fronteras.
Para complicar las cosas, los países más afectados por la epidemia tienen grandes retos de infraestructura médica. También hay gran desconfianza hacia los trabajadores de salud en las comunidades.
En Sierra Leona y Guinea, los habitantes han arrojado piedras a los trabajadores de salud que tratan de investigar el brote.
Los brotes de ébola normalmente se limitan a las áreas remotas, por lo que la enfermedad es más fácil de contener. Pero este brote es diferente, pues los pacientes han sido identificados en 60 localidades de Guinea, Sierra Leona y Liberia.
Las autoridades creen que la amplia huella de este brote se debe en parte a la proximidad entre la selva, donde el virus fue identificado, y ciudades como Conakry. La capital de Guinea tiene una población de dos millones y un aeropuerto internacional.
La gente viaja sin darse cuenta de que está llevando el virus mortal. Puede tomar entre dos y 21 días después de la exposición para que alguien se sienta enfermo.
El ébola es un asesino violento. Los síntomas, al principio, son parecidos a la gripe: dolor de cabeza, fiebre, fatiga. Lo que sigue suena como algo salido de una película de terror: diarrea y vómitos considerables, además de que el virus limita la capacidad de la sangre de coagularse.
Como resultado, los pacientes a menudo sufren una hemorragia interna y externa. Muchos mueren en un promedio de 10 días.
Médicos Sin Fronteras ha estado trabajando en luchar contra la epidemia desde marzo. El grupo ha enviado más de 300 miembros de su personal y 40 toneladas de equipos y suministros a la región para ayudar a combatir la epidemia.
Aun así, advierte el grupo, no es suficiente.
«A pesar de los recursos humanos y equipos desplegados por Médicos Sin Fronteras en los tres países afectados, ya no somos capaces de enviar equipos a los nuevos focos de la enfermedad», dijo.
La buena noticia es que el ébola no se propaga tan fácilmente como uno puede pensar. Un paciente no es contagioso hasta que ya está mostrando síntomas.
Medidas de protección
Dentro de las áreas de tratamiento aisladas en Conakry, los médicos se enfocan en mantener a los pacientes hidratados con goteros y otros nutrientes líquidos. Los funcionarios de salud han instado a los residentes a buscar tratamiento a la primera señal de síntomas parecidos a la gripe.
No existe una cura o vacuna para el tratamiento de ébola, pero Médicos Sin Fronteras ha demostrado que no tiene por qué ser una sentencia de muerte si se trata a tiempo. El ébola mata a 90% de los pacientes. En este brote, la tasa de mortalidad se ha reducido a más o menos 60%.
El brote se considerará controlado después de 42 días -el doble del periodo de incubación- sin nuevos casos de ébola.
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