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Ciencia y Tecnología

Gobierno mexicano, débil para enfrentar espionaje

A raíz de las revelaciones del ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), Edward Snowden, y de diversas agencias de seguridad cibernética, que dieron cuenta de campañas de vigilancia electrónica en contra de México perpetuadas por gobiernos como Estados Unidos y Canadá, una realidad se hizo evidente: México tiene la fuerza insuficiente para enfrentar el espionaje.

«El país (México) no tiene el marco legal e institucional que le permita combatir efectivamente los casos de espionaje gubernamental», asegura el capítulo para México del informe 2014 Vigilancia de las Comunicaciones en la Era Digital, de la Global Information Society Watch (GISWatch).

El informe será discutido y analizado el próximo 14 de abril en la Cámara de Diputados por expertos en seguridad nacional e informática, en derechos humanos y en procesamiento de datos así como legisladores del país. El encuentro está organizado por la organización Son Tus Datos, la Association for Progressive Communications, y por la Comisión Especial de Agenda Digital y Tecnologías de la Información que preside el diputado federal Juan Pablo Adame Alemán (PAN).

El capítulo mexicano del informe de GISWatch, que estuvo a cargo de la organización Son Tus Datos, analiza también incidentes de espionaje como la detección del software espía FinFisher en las redes de telecomunicaciones mexicanas, detectado por el Citizen Lab de la Universidad de Toronto y denunciado por asociaciones civiles como ContingenteMX, AlConsumidor y Propuesta Cívica. También analiza el papel del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) en el resguardo de la privacidad de los ciudadanos.

«El espionaje gubernamental es un tema delicado porque no siempre es claro si las autoridades están actuando para proteger intereses de seguridad nacional o si están actuando más allá de sus obligaciones y comienzan a transgredir los derechos humanos de los ciudadanos. Esto es precisamente porque los límites no siempre son claros y porque las instituciones no reconocen que deberían existir reglas específicas y procedimientos para salvaguardar los derechos humanos, así como la transparencia y reglas de vigilancia que el gobierno debe cumplir», explicó el reporte.

En el análisis de la situación de vigilancia de las telecomunicaciones en el país, la organización Son Tus Datos recomienda en el reporte de GISWatch, el establecimiento de un marco legal claro para el uso de software de espionaje y otras herramientas similares.

«Deben existir reglas específicas cuando el gobierno quiera usar herramientas como el software FinFisher. Estas reglas deben indicar en qué casos podrán ser utilizadas y cómo será resguardada la privacidad de todos los individuos que no sean sujetos de la investigación», dice.

Sugiere además la ratificación de la Guía para el Reglamento para Datos de Carácter Personal Informatizados de la Organización de las Naciones Unidas pues al hacerlo, «los individuos podrán asegurarse de obtener un umbral de protección a su privacidad y datos personales».

Fuente: El Economista

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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