Las mujeres liberadas por el ejército nigeriano de manos de los militantes islamistas de Boko Haram, en el norte de Nigeria, contaron que algunas de sus compañeras fueron lapidadas mientras el ejército avanzaba para rescatarlas.
Algunas hablaron un día después de que cerca de 300 mujeres y niños fueran liberados de una zona tomada como bastión por miembros del grupo islamista en el bosque de Sambisa (noreste) de Nigeria.
Las mujeres contaron que varias murieron en la lapidación, pero no saben cuántas.
Las sobrevivientes indicaron que cuando fueron capturadas, los militantes mataron a los hombres y a los jóvenes enfrente de sus familias antes de llevarse a las mujeres y a los niños al bosque.
Una mujer que dio a luz en cautiverio explicó que los yihadistas cortaron el cuello a su esposo enfrente de ella, antes de que fuera separada de sus tres hijos.
El Ejército nigeriano logró liberar a más de 700 mujeres y niños la semana pasada en una ofensiva contra el grupo islamista Boko Haram.
Las Fuerzas Armadas nigerianas indicaron que la semana pasada rescataron a más de 700 personas retenidas por el grupo islamista, como parte de la actual ofensiva lanzada contra Boko Haram.
Las mujeres cuentan que los islamistas no las perdían de vista, incluso cuando tenían que ir al baño.
«No nos permitían movernos ni un centímetro», contó Asabe Umaru a la agencia de noticias Reuters.
«Nos mantenían en un sitio. Estábamos bajo esclavitud», agregó.
Los militantes también obligaron a algunas a casarse con miembros de Boko Haram.
Una comida al día
Todavía sigue siendo un misterio el paradero de las 300 niñas secuestradas en una escuela en Chibok.
Otra mujer describió cómo sólo recibían una sola comida al día.
«Nos daban sólo maíz seco a medio día. No era bueno para el consumo humano», le dijo Cecilia Abel a Reuters. Esto llevó a la malnutrición, la enfermedad y la muerte de algunas de las secuestradas.
«Cada día veíamos la muerte de una de nosotras y esperábamos nuestro turno», comentó Umaru, de 24 años, madre de dos.
Las mujeres y los niños viajaron durante tres días en camionetas desde el bosque de Sambisa donde fueron rescatadas a un campamento en la ciudad de Yola.
Después de haberlas entrevistado, las autoridades determinaron que casi todas son de Gumsuri, una villa cerca del pueblo de Chibok, informó la agencia de noticias AP.
Combate a Boko Haram
Por el momento no hay indicios de que alguna de las liberadas pertenezca al grupo de las 300 muchachas de Chibok secuestradas por Boko Haram en una escuela hace un año.
Boko Haram, que se formó en 2002, ha declarado su intención de derrocar al gobierno y crear un Estado Islámico en el norte.
Miles de personas han muerto en el norte de Nigeria desde que el grupo recrudeció la violencia en 2009, tras la muerte de su líder.
El pasado febrero, el ejército nigeriano, con el apoyo de los países vecinos -Camerún, Chad y Níger-, lanzó la mayor ofensiva contra Boko Haram, recuperando territorio sobre el que había impuesto su control el grupo islamista.
ICE enfrenta su peor imagen pública justo cuando Trump impulsa su expansión multimillonaria
En medio de una histórica ampliación presupuestal impulsada por Donald Trump, la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se encuentra en uno de los momentos más críticos de su reputación ante la opinión pública estadounidense.
Aunque el nuevo plan del expresidente —incluido en su proyecto legislativo estrella— garantiza a ICE una financiación récord de 75 mil millones de dólares hasta 2029, diversas encuestas recientes muestran que el respaldo ciudadano hacia esta institución es más bajo que nunca, incluso más que en 2018, cuando algunos legisladores liberales promovían su abolición.
Una agencia con más poder y menos restricciones
Con esta expansión presupuestal, ICE se convierte en la agencia federal de seguridad con mayor financiamiento, superando incluso al FBI. Según PolitiFact, el presupuesto anual promedio de ICE alcanzará los 27.7 mil millones de dólares, comparado con los 10 mil millones que recibe el FBI.
A diferencia del FBI, que opera bajo reglas de autonomía establecidas tras el escándalo de Watergate, ICE no cuenta con mecanismos similares que limiten la influencia directa del presidente. Esto permite a Trump tener mayor control sobre su operación, lo cual ha encendido las alarmas entre críticos que temen una posible utilización política del aparato de deportación.
El costo político de expandir ICE
A pesar del apoyo republicano, las cifras son contundentes: los estadounidenses no están convencidos.
Una encuesta de Quinnipiac University reveló que el 57% desaprueba cómo ICE aplica las leyes migratorias.
En otro sondeo de NPR/PBS NewsHour/Marist College, el 54% opinó que ICE ha ido “demasiado lejos” en la ejecución de estas leyes.
Finalmente, una encuesta de CNN mostró que el 53% de los votantes se opone al aumento de fondos para la agencia.
En los tres estudios, los votantes independientes —clave en cualquier elección— se mostraron aún más críticos. Un 63% de ellos desaprueba las acciones de ICE, y un 58% rechaza la expansión presupuestal propuesta por Trump.
Estas cifras superan ampliamente la desaprobación que ICE recibió en años anteriores. Entre 2018 y 2020, la mayoría de las encuestas de NBC, Pew Research y Fox News mostraban una división más equilibrada. Solo una, en 2019, registró una diferencia de dos dígitos en contra de ICE.
¿Un nuevo error estratégico para Trump?
Aunque la propuesta de «abolir ICE» fracasó políticamente en su momento por considerarse extrema, la creciente desaprobación actual hacia la agencia muestra que la percepción pública ha cambiado. En este contexto, hacer de ICE el eje de su agenda migratoria podría convertirse en un arma de doble filo para Trump, especialmente si se intensifican medidas polémicas como las redadas masivas o el uso del ejército para apoyar deportaciones.
El exzar fronterizo Tom Homan, uno de los aliados más vocales de Trump en temas migratorios, defendió a la agencia esta semana, asegurando que “ICE simplemente cumple con las leyes aprobadas por el Congreso”. No obstante, si el expresidente continúa apostando por reforzar su ofensiva migratoria con esta institución al frente, podría encontrarse con una fuerte resistencia no solo de activistas, sino también del electorado moderado que en su momento lo ayudó a llegar a la Casa Blanca.
En un país cada vez más dividido por su política migratoria, la figura de ICE parece destinada a estar en el centro del debate… para bien o para mal.