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Salud y Bienestar

México y EUA combatirán sobrepeso y obesidad infantil

México y Estados Unidos reforzarán el trabajo conjunto e intercambiarán experiencias exitosas para revertir el sobrepeso y la obesidad, sobre todo en la población infantil, acordaron las titulares del ramo de ambos países.

La secretaria de Salud, Mercedes Juan López, y la titular del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Sylvia Burwell, se reunieron durante la 68 Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se llevó a cabo en Ginebra, Suiza.

En el encuentro, la funcionaria federal mexicana reconoció que el reto común es laobesidad y diabetes, por lo que expresó el interés del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto de seguir impulsando la cooperación bilateral.

Además, resaltó la colaboración entre las dos naciones en materia de vigilancia epidemiológica, intercambio oportuno de información y salud pública, así como el trabajo conjunto realizado en la Comisión de Salud fronteriza México-Estados Unidos.

Asimismo, sostuvo un encuentro con sus homólogos de Colombia, Guatemala y Uruguay sobre los preparativos previos a la Sesión Especial de Naciones Unidas sobre Drogas, programada para el próximo año, donde se revisará la situación general.

Posteriormente, Mercedes Juan participó en el pleno de la Asamblea Mundial de la Salud, donde ante los ministros de salud de las 194 naciones, habló del blindaje sanitario como pilar fundamental, para que un sistema de salud sea resistente y capaz de responder de manera oportuna ante la presencia de alguna emergencia sanitaria.

La titular de la Secretaría de Salud dijo que se han fortalecido los sistemas de información para conocer las situaciones epidemiológicas en tiempo real y también en asegurar agua potable, alimentos inocuos y medicamentos seguros y accesibles.  Sobre este tema, las funcionarias acordaron robustecer sus sistemas de salud para que sean capaces de enfrentar cualquier adversidad, como las enfermedades emergentes y los desastres naturales.

Fuente: Azteca noticias.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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