¿Recuerdas el mito de Edipo, en el que el rey de la antigua Tebas se acuchilló los ojos tras darse cuenta de que había matado a su propio padre y se había casado con su madre?
Por más sangriento que suene, cegarse a sí mismo deliberadamente no es una acción completamente mítica. Aunque son raros, han existido casos de personas que han herido gravemente sus propios ojos, y a veces los han removido por completo. Incluso existe un término técnico, la autoenucleación, para referirse a la acción de remover los propios globos oculares.
El médico Matthew Michael Large de la Universidad de New South Wales en Sydney, Australia, y sus colegas han analizado los registros disponibles de este comportamiento, y han publicado varios artículos acerca del tema en revistas. El último se encuentra en la British Journal of Ophthalmology de esta semana.
Basado en más de 50 reportes de autolesión de los ojos, los científicos argumentan que no es necesariamente un fenómeno llamado edípico: la gente generalmente no se lastima de esta manera por una culpa relacionada con el incesto. En cambio, es un síntoma de la psicosis no atendida, escribieron Large y sus colegas.
En un estudio de 2008, los autores observaron que el ojo no es ritualmente mutilado en ninguna cultura registrada, de hecho, es la única parte externa del cuerpo en que este es el caso.
Analizaron 89 casos publicados que describen graves lesiones oculares autoinfligidas en pacientes diagnosticados con una enfermedad psicótica. Con más frecuencia, los pacientes removían un ojo en lugar de atravesarlo, o infligían otras lesiones orbitales. “Tres de los pacientes se cegaron a sí mismos con armas de aire comprimido, y tres pacientes sufrieron lesiones oculares mientras intentaban apuñalar sus cerebros con un bolígrafo o un lápiz”, escribieron los autores.
Muchos pacientes también intentaron o se involucraron en otros actos violentos: dos de ellos habían cometido homicidio previamente y tenían varias denuncias de agresiones graves. Algunos también habían intentado otras formas de automutilación, como apuñalarse a sí mismos en el cuello, intentar amputar sus manos o arrancar a mordidas sus propias lenguas. Dos pacientes intentaron amputarse el propio pene, y uno se castró.
Los investigadores citaron un estudio publicado en 1984 en la revista Survey of Ophthalmology que observó 33 reportes de casos, el cual concluyó que la mitad de ellos eran mujeres jóvenes, dos tercios tenían delirios religiosos y seis citaron el mismo pasaje bíblico de Mateo:
“Y si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y échalo de ti; pues es mejor para ti que uno de tus miembros perezca, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”.
En el 94% de los 89 casos, los pacientes tenían creencias psicóticas relacionadas con el ojo, por ejemplo, que su ojo era malvado o que tenía poderes amenazantes. Algunos creían que para salvarse a sí mismos o a otros, tenían que sacrificar un ojo normal. En el 76% de los casos, existía un diagnóstico de esquizofrenia relacionado.
“No se reportó que ninguno de los pacientes se hubiera autoenucleado por motivos que pudieran ser razonablemente comparados con la historia de Edipo”, escriben.
En su mayoría, los pacientes se autolesionaron antes de ser tratados. Y no eran sólo cristianos o de ascendencia europea, como algunos estudios han sugerido. Large y sus colegas precisaron que también fueron documentados casos con pacientes chinos, japoneses, judíos y musulmanes.
Las lesiones oculares de esta naturaleza representan una emergencia médica y psiquiátrica, escriben. Los pacientes siempre deben consultar a un cirujano oftalmólogo de inmediato. El médico debe evaluar a los pacientes para detectar pérdida de visión en el otro ojo, si es que sólo uno fue removido.
“Aunque dudamos al recomendar un tratamiento restrictivo para cualquier paciente, en la situación de un primer intento de autoenucleación, el cuidado de enfermería uno a uno, la colocación de guantes protectores, y la inmovilización de los brazos hasta que el tratamiento antipsicótico haya surtido efecto, podría ser la única manera de prevenir que los pacientes delirantes y decididos se cieguen a sí mismos”, escribieron Large y sus colegas en el nuevo estudio. “La terapia electroconvulsiva también ha sido descrita como un tratamiento útil”.
Las lesiones oculares son diferentes de otras formas de autolesión, que no necesariamente tienen raíces psicóticas, dicen los etnógrafos Peter y Patti Adler, autores de The Tender Cut: Inside the World of Self-Injury (En el mundo de la autolesión). Cortarse a uno mismo y otros métodos similares de autolesión a menudo son motivados por sentimientos problemáticos, y por la percepción de herirse a sí mismo como una forma de tranquilizarse o castigarse a sí mismo, o expresar malos sentimientos internos. Se sabe que los adolescentes y adultos que experimentan estos sentimientos son propensos a involucrarse en la autolesión, así como las poblaciones desfavorecidas.
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