En México, la edad promedio para el inicio del consumo de drogas oscila entre 12 y 15 años de edad, alertó el director general del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones de la ciudad de México (IAPA), Rafael Camacho Solís.
Detalló que las encuestas señalan que la edad de inicio de consumo es de 12 años para el alcohol; 13 para los inhalables; 13.1 para el tabaco; 14.2 para la cocaína; 14.3 para la mariguana, y 14.5 para las metanfetaminas.
Sobre las drogas de diseño, no sabemos ni qué son ni qué tienen ni cómo se usan”, lo que representa un grave riesgo, dijo al inaugurar el Segundo Encuentro de Prevención del Uso Problemático de Drogas “Hacia prácticas en evidencias”.
En su ponencia “El impacto del uso de drogas en el cerebro adolescente”, estableció que es durante esta etapa cuando existe un mayor riesgo de que una vez que prueban la sustancia, no la dejen.
Ello, explicó, debido a que la adolescencia no ha alcanzado aún su proceso de desarrollo y las decisiones se toman con mayor frecuencia basadas en las emociones y el placer.
La probabilidad de pasar del uso al abuso y luego a la dependencia de la droga es mayor cuando se inicia a una edad más temprana, dijo el funcionario, y apuntó que las encuestas dicen que los muchachos señalan como motivos para consumirlas los problemas en el hogar o la escuela.
Además, estar triste, preocupado o enojado; sentirse solo o incomprendido; por gusto, por curiosidad o para saber qué se siente, además de querer ser popular e importante o aceptado por un grupo.
El gran problema es que nadie sabe dónde puede parar y hasta dónde puede llegar”, mencionó el director general del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones de la ciudad de México.
El experto mencionó que los desafíos de la prevención incluyen ofrecer a los muchachos un entorno social seguro y favorable; una escuela que fomente procesos sociales, familiares o individuales de promoción y prevención, además de una familia informada y respetuosa de cada uno de los miembros.
También consideró importante el fortalecer la autoestima y la confianza de los jóvenes en sí mismos; fomentar estilos de vida activos y saludables, además de promover actividades deportivas, culturales y recreativas.
Adelantó que trabaja de manera cercana con organizaciones no gubernamentales con el objetivo de crear un laboratorio en el que los jóvenes puedan llevar sus “tachas” o drogas de diseño para que, por lo menos, sepan qué están introduciendo a sus cuerpos y cuáles son los riesgos que esto significa.
Fuente Excélsior