Buen calambre sintieron los aspirantes a la gubernatura priísta cuando escucharon el nombre de Lilia Merodio en el programa matutino de Víctor Trujillo (Brozo), en el que Fernando Coca, coordinador de información de Televisa, daba por ganadora a la paisana en la contienda interna estatal del tricolor.
Desconocemos por completo las motivaciones de Coca, si fue sólo un calambrón, plan con maña o realmente sabe algo. La declaración la dio mientras hablaba de la participación de las mujeres en las próximas elecciones, en las que también dio por buena a Margarita Zavala en el PAN, impulsada por su esposo, el expresidente, esa calamidad con piernas llamada Felipe Calderón.
El video, como era de esperarse, comenzó a correr en redes sociales y grupos de whats, esos que se han vuelto tan populares para hacer grilla y perder el tiempo en horas de oficina.
En contraparte está Marco Adán Quezada, con la guadaña encima y la amenaza de meterlo a la cárcel que mantuvo Palacio sobre él, hasta que comprendió que la hostilidad lejos de afectarlo lo fortalecía y que de haberlo dejado en paz solito se hubiera desinflado con el caso Aeroshow y el invierno político que sufre, recalentado sólo por la polémica.
El enfrentamiento entre grupos del PRI, lo hemos dicho, ha diezmado al partido, y amenaza la hegemonía del tricolor en la entidad, pues actualmente gobierna con el respaldo de apenas la quinta parte de los ciudadanos y podrían ser muchos menos en la próxima elección, en las que se romperá severamente el bipartidismo, no por las candidaturas de los partidos parásitos, sino por los llamados independientes, que de independientes no tienen nada.
Lo hemos dicho hasta el cansancio. En la persecución a Quezada se ha hecho todo menos justicia a los deudos del caso Aeroshow, al igual que a ‘Panchito’, el piloto de la troca monstruo que permanece en prisión no tanto por ser culpable (lo de él fue un accidente) sino por ser pobre. Mientras, quienes lucraron económica y políticamente con el evento, e incluso con la tragedia, siguen tan campantes, y las víctimas arrumbadas.
El alcalde capitalino Javier Garfio ha hecho lo posible por contener el broncón que le dejaron, pues debe jugar entre los grupos en pugna tratando de hacer lo mejor posible para embarrarse lo menos. La semana pasada ya empezó a cerrar acuerdos con las víctimas luego de meses de inconformidades, y parece que por fin empezará a dársele trámite a la bronca para por fin dar por cerrado un proceso que se había mantenido artificialmente para pegarle al ex alcalde.
Garfio también está queriendo mostrar que tiene todo para ser gobernador, y para convencer a la raza se reunió en Cuautémoc con el consejo de la Coparmex, y luego con empresarios invitados a Delicias por el lechero Jaime Galván. Su capital lo trae y lo quiere hacer brillar por si sí o si no. “No descarto ser candidato a gobernador”, ha repetido.
‘Teto’, mientras, se ha mantenido artificialmente fiel a Palacio, esperando que premien no su gestión en Juárez, la cual fue desastrosa; no su capacidad como gobernante, su estatura política ni mucho menos su guapura: lo que premiarían sería su disciplina para aguantar que le negaran la candidatura hace 5 años y apechugar desde entonces hasta ahora, siempre dejando claro que sí aspira, y deshaciéndose en halagos para el gobernador y su labor. Un priísta para enmarcar.
El delfín Serrano también ha querido mantener cierta vigencia a pesar de que el padrinazgo duartista no está siendo tan maravilloso como se esperaba. Espera que la visita del papa Francisco jale agua para su molito, así que a nadie le sorprenda verlo con hábito y crucifijo al cuello durante las próximas semanas.
Quiere vender la idea de que él trae al papa, que él lo invitó y que la presencia del pontífice se debe a sus buenos oficios ante San Pedro. Nada más falso, pero su luchita se la hace, y ya mandó hacer un libro para que, juarenses primero y chihuahuenses después, le escriban al jerarca católico sus buenos deseos. Por si fuera poco, se puso ‘amoroso’ con la campaña “Juárez es Amor, estamos listos”, con la cual está inundando la capital para promocionarse.
La senadora Chela Ortiz, cuyo mayor mérito para la entidad ha sido levantar la manita cuando se lo ordenan, también anda clavada en la grilla y será en su informe, un día antes de la visita de Beltrones, donde se verá si trae las tablas para competirle a Lilia, que muchos dan por adelantada en la carrera.
En frente tienen a Marcelo González Tachiquín, quien no está ungido pero tampoco vetado, y ha sabido moverse en el complicado juego electoral para mantener cierta vigencia y empuje propios. El congreso educativo le quedó de 10, y aunque no es nada político siempre sí es un mérito que merece reconocimiento, pues no sabe hacer algo más que calentar la silla y andar de grillo.
En el caso de los desheredados Marco Adán Quezada, Víctor Valencia, Jorge Esteban Sandoval y Jorge Villalobos, los cuatro parte del Grupo Delicias, siguen con su cantaleta de exigir un proceso abierto, como ya ocurrió en elecciones pasadas, pero todo pinta a que no será así. Sería dejar en manos del azar y de las masas una decisión delicadísima que las cúpulas prefieren tomar y asumir con todas sus consecuencias, así que estos cuatro deberán agitarse en el Altiplano si quieren soñar con participar.
El PRI tiene aquí una desventaja, que es la fragmentación de fuerzas, pero también una fortaleza, pues ha sabido mantener vigente su protagonismo electoral. Está bueno el suspenso y los reflectores siguen en el tricolor como en ninguna fuerza, y no nos referimos sólo a los de los medios, sino a los de la ciudadanía.
La división también podría maquillarse a tiempo, pues no es tarde para que el priísmo llegue más o menos unido, si es que saben darle a cada quien su pedacito. Estas tensiones y jaloneos en el PRI han motivado a que incluso personajes tan distantes como Patricio Martínez y Reyes Baeza se hayan acercado en últimas fechas, como en la participación del director del ISSSTE en la cámara de senadores, en la que celebró la presencia de su antecesor en la gubernatura, algo insólito.
También deben tomarse en cuenta factores externos como la libertad de información que, al salir de las manos de unos cuántos medios a modo, ha propiciado una corriente ácidamente crítica, sobre todo para el PRI por ser el partido que más poder y espacios concentra. Ahora tienen a la mayor parte de la ciudadanía en franca oposición.
Otro aspecto importante es la entrada de los independientes, que han logrado saltarse todas las trancas que les pusieron y “si no puedes contra ellos, úneteles”, motivo por el cual existe la posibilidad de que ninguno de los anteriormente citados sea el bueno o buena, sino algún ‘civil’, tan civil como Eugenio Baeza o un empresario amigo que llegaría con la bandera de independiente.
Ya que estamos en el tema de los independientes, perfiles como el de Antonio López también suenan recio, sin contar a otros panistas que, al depender más de las cúpulas empresariales que de las partidistas, tienen más facilidad de salirse del huacal y emprender sus propios proyectos, pues como hemos dicho el PAN es mucho más lo que estorba que lo que ayuda, pues no tiene presencia territorial, cuadros fuertes ni nada, sólo una asfixiante burocracia y amarras que muchos prefieren dejar.
No sólo en Chihuahua y Juárez está este fenómeno. En los municipios pequeños también podría haber sorpresas, y hay quienes afirman que en las próximas elecciones al menos un ayuntamiento chihuahuense será independiente, al menos uno pequeñito y recóndito, como prueba nada más.
El PAN, o lo que queda de él, está más que debilitado. Con sus mejores cuadros pasándose a otros partidos, expulsados, ninguneados o independizándose, poco queda de él que sirva. Juan Blanco y Jaime Beltrán del Río parecen ser los únicos que quedan con cierta viabilidad para llegar a la gubernatura, sobre todo el primero, quien está más fogueado y es mucho más conocido en la entidad.
Será en las próximas semanas en las que sabremos quienes están dispuestos a soltar la ubre por sus aventuras o quienes de plano se dejan de ilusiones y siguen mamando del erario público, pues los aspirantes tendrán que definirse antes del 5 de diciembre sí o sí.
El gobernador Duarte, mientras, anda en la tierra del baguette, París, recibiendo un premio de la Unesco por los logros en materia educativa que ha logrado la entidad, esos que ha sido tan malo para transmitir, pues además de desfalcos, acusaciones y demandas por corrupción y de tener a Chihuahua como una de las dos entidades más endeudadas respecto a su PIB, tiene notables méritos en seguridad, salud y educación, pero muy opacados por sus yerros. En las tierras francesas lo acompañan Marcelo González Tachiquín y César Dajlala, secretarios de Educación y de Economía, a ver qué consiguen y qué amarran por allá.