La escasez de agua en Ensenada, Baja California, ha ocasionado que los habitantes desahoguen sus retretes con agua de garrafón, que algunos restaurantes contraten pipas o que sirvan alimentos en platos de cartón para evitar desperdiciar el líquido.
Además, las autoridades distribuyen plata coloidal en los centros de Salud para tratar las aguas literalmente negras que salen de las llaves.
El racionamiento de agua, oficial desde 2014, ha llegado a tal grado en el puerto que la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), organismo que suministra el servicio, distribuye tambos a los usuarios para que almacenen el líquido cuando llega.
Recibo, al día
Además tienen que pagar hasta cien pesos a la semana por ocho garrafones, cuya agua usan para lavar platos o ropa, y hasta para llenar la caja del váter, aunado a los 300 o 700 pesos que erogan por recibo.
April Torres, residente del puerto, escribió en el perfil de Facebook del organismo: “Para cuándo nos mandan agua a Lomas de la Presa, van dos semanas, si no es que más, tengo que lavar, limpiar mi casa y bañarme. No es justo pagar recibo y aparte comprar garrafones de agua y desechables, no crean que con los dos miserables tambos nos alcanzará para todo”.
El agua que reciben es turbia a causa de los cortes del suministro de electricidad, lo que provoca que cuando sale de la llave pase de café a negra.
El coordinador del Programa de Atención a la Salud de la Infancia y Adolescencia de Isesalud, Javier Terríquez Carrillo, dijo que sí es posible usar esas aguas rechazadas por la población.
“Si la ven que viene sucia es un agua que no se puede usar para cocinar. Cuando el agua es corriente, es agua clorada, que sí la pueden utilizar para cocinar, pero si tiene un aspecto turbio, salvo que se vaya a hervir muy bien en el proceso de cocción, ahí se muere todo”.
La CFE realizó trabajos en la obra de flujo inverso, lo que generó una disminución en los niveles del tanque Morelos, y con ello, que el agua de la que se dotó a parte de la población llegara turbia, informó Abelardo Cárdenas. El vocero de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE) explicó que fue al volver a llenar el tanque cuando se generó el arrastre de sedimentos. Además de que se tuvo que “purgar” la línea 3.
Consideró que el agua tendrá que llegar a los hogares con menos sedimentos, situación que desde el jueves ya se presentó en algunas colonias afectadas.
Jocelyn Cardenas del Valle, habitante, denunció que “ya van 21 días y seguimos sin una gota de agua”, mientras que personal de restaurantes de lujo, como El Rey Sol, advierte que si bien no han tenido que recurrir a los platos desechables, requieren pipas para atender la demanda de los comensales, y dotar del líquido a baños y cocina.
Ismael Moctezuma, del restaurante El Rey Sol, dijo que ellos han tenido que utilizar agua de pipas, pues cuando el restaurante se encuentra lleno se han quedado sin agua hasta por más de una hora,sin servicio para sanitarios ni para lavar platos.
Cada segundo, el puerto requiere 890 litros, pero el suministro es de apenas 700, dada la falta de lluvias y a causa de la excesiva extracción de materiales pétreos en los lechos de arroyos de Ensenada, lo que impide que se nutran los mantos acuíferos.
“La principal fuente de abastecimiento para Ensenada son los acuíferos cercanos a la ciudad, los cuales se encuentran sobreexplotados, tanto por las extracciones para riego como por la falta de lluvias que recarguen dichos acuíferos”, de acuerdo con el Programa Integral del Agua de Ensenada (PIAE), elaborado por dependencias municipales, estatales, federales y particulares.
Aunque la CESPE hizo oficial el racionamiento en 2014, varias colonias ya padecían este problema desde cuatro años antes. El pasado 30 de noviembre concluyeron las obras que se llevan a cabo en una planta de bombeo y que buscan incrementar el flujo de agua hacia el puerto.
Excelsior