Trump reiteró que de llegar a la presidencia construirá un muro a lo largo de toda la frontera con México que costaría entre 10 y 12 mil millones de dólares y haría que México pagara por el mismo y no descartó iniciar una guerra comercial con México si este no paga su construcción.
Preguntado en el debate entre los aspirante a la cadidatura a la presidencia del Partido Republicano, sobre la negativa expresada por miembros del Gobierno mexicano a su propuesta para frenar la inmigración ilegal y sobre si ello podría derivar en una guerra comercial, el precandidato aseguró que no, ello no le importaría cuando EU «está perdiendo 58,000 millones de dólares cada año» de déficit comercial.
Trump reiteró que si resulta elegido presidente construirá el muro «que medirá tres metros» y criticó las palabras del expresidente mexicano, Vicente Fox, quien dijo que no va a pagar «por ese pinche muro».
El senador por Florida Marco Rubio respondió al magnate apuntando que él «hace sus trajes y corbatas en México», por lo que su propuesta, a juicio de Rubio, llevaría a «iniciar una guerra comercial contra sus propios trajes y corbatas».
El debate continuó como una noche áspera de insultos recíprocos, con los precandidatos gritándose tanto que era difícil escuchar a alguno. La confrontación ocurrió a pocos días del Súper Martes, cuando se realizarán elecciones primarias en 11 estados que podrían decidir la nominación.
Ataque por dos frentes
Pendenciero desde el inicio, un fogoso Marco Rubio atacó a Donald Trump en el debate de este jueves entre precandidatos presidenciales republicanos, lacerando la postura del líder de la contienda en materia de inmigración, su entorno privilegiado, su estilo para hablar y más.
Ted Cruz se sumó también al ataque, poniendo en duda las credenciales de conservador de Trump, en momentos en que los dos senadores federales formaron equipo contra el magnate inmobiliario en un debate que reflejó la creciente urgencia de sus esfuerzos para disminuir al empresario multimillonario antes de que sea imparable. Fue una noche inusual en la que el ampuloso Trump se encontró a la defensiva.
Cuando Trump echó en cara a Rubio una negociación para comprar una casa de 179,000 dólares, el senador de Florida respondió que si Trump «no hubiera heredado 200 millones de dólares, ¿saben dónde estaría Donald Trump en este momento? Vendiendo relojes en Manhattan».
¿Y la migración?
Entre otro intercambio áspero, Rubio acusó a Trump de cambiar su postura sobre deportación, de contratar personas de otros países para arrebatar empleos a estadounidenses y de haber sido multado por violaciones laborales. Uniéndose, Cruz criticó a Trump por sugerir él solo había «descubierto el asunto de la inmigración ilegal».
Trump respondió a Rubio: «Yo contraté decenas de miles de personas; tú no has contratado a nadie».
En cuanto a Cruz, Trump tomó un sendero más personal, pregonando su propia capacidad para llevarse bien con otros y agregando: «Tú no te llevas bien con nadie. … Deberías avergonzarte de ti mismo».
Tanto Rubio como Cruz dijeron que Trump había tenido que pagar una multa de un millón de dólares por contratar inmigrantes sin permiso de residencia.
Los otros dos aspirantes presidenciales, el gobernador de Ohio, John Kasich y el neurocirujano Ben Carson, han permanecido con escasa participación en el debate. Kasich fue el único de los cinco candidatos en declarar que Estados Unidos debe ofrecer un camino a la legalización a los millones de inmigrantes indocumentados que se encuentran ya en el país.
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