Al día siguiente de entrar en vigor en México el paquete de normas anticorrupción, el recién elegido presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, ha hecho público su patrimonio, su currículo empresarial y su declaración de impuestos. Siguiendo la pauta de su predecesor, el veterano Manlio Fabio Beltrones, el nuevo lider del partido en el Gobierno ha decidido adelantarse y abrir voluntariamente el armario de sus declaraciones patrimoniales y fiscales de acuerdo a los criterios de la propuesta ciudadana conocida como ley 3 de 3, más estrictos que los recogidos finalmente en las normas anticorrupción. Entre sueldos, inversiones, inmuebles, coches y colecciones de arte, el saldo final es de algo más de 2 millones de dólares.
La declaración de Ochoa es más exhaustiva y aplastantemente superior a la de su antecesor, que presentó un patrimonio de 145.000 dólares, sumando su sueldo público y sus actividades financieras. Sus carreras también son opuestas. Beltrones, de 63 años, es el prototipo de hombre de partido, un pura sangre del priismo. En sus cuatro décadas de trayectoria política -truncadas por el fiasco en las últimas elecciones donde el PRI cedió a la derecha varias de sus plazas tradicionales- ha ocupado prácticamente todos los asientos clave del partido.
Ochoa es por su parte un hombre de la empresa pública. De 43 años, doctorado en Ciencia Política, y cercano al presidente Enrique Peña Nieto y al ministro de Hacienda, Luis Videgaray, su carrera se ha fraguado en el sector energético y concretamente en la paraestatal Comisión Federal de Electricidad (FCE), donde ocupó el cargo de director general durante los últimos dos años.
El sueldo anual neto declarado al frente de la compañía asciende a 107.000 dólares. Sumando los apartados de “otras actividades industriales o comerciales”, rendimientos financieros y labores de consultoría o asesoría, sus ingresos al año alcanzan los 190.000 dólares.
Su declaración de intereses, la relación del nuevo político con el mundo empresarial, revela que además de su cargo en la CFE, fungió como consejero en Pemex y en las divisiones de EE UU y energía de la paraestatal eléctrica. Los tres puestos no supusieron remuneración alguna, según los detalles de los informes.
Ochoa también aparece como propietario del 33% del capital de la farmacéutica AOZ. En su cuenta se recoge además un listado de 50 vehículos, todos de la marca Nissan, por valor de 240.000 dólares. Según una declaración anterior, colgada en la página web de Presidencia, se trata de una flotilla de taxis, aunque en los informes publicados ahora, Ochoa no aparece al frente de ninguna empresa de transportes.
En el apartado de inmuebles, el presidente del PRI declara un terrero en Morelia, su ciudad de nacimiento, así como un departamento en Baja California y otra casa en la capital mexicana. Los tres, suman un importe de 900.000 dólares.
Sus inversiones a través de distintos bancos mexicano e internacionales suman alrededor de 120.000 dólares. Bajo la categoría de «activos intangibles», que corresponde con ser dueño de marcas, patentes u otros derechos de propiedad intelectual, se añaden otros 500.000 dólares.
Aficionado al arte, cuenta con una colección de más de 50 piezas por valor de 215.000 dólares. Entre sus adquisiciones destacan, según la declaración de Presidencia, tres cuadros de Frida Kahlo, cinco litografías del pintor mexicano Israel Nazario, y obra de artistas como Bosco Sodi, Erika Harrsch, Javier Pelaez, Andrés Basurto y Daniel Lezama.
El País