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Policiaca

Crimen exigía a edil 3 mdp para dejarlo gobernar en Pungarabato Guerrero

El pasado 6 de enero, Ambrosio Soto, alcalde de Pungarabato, Guerrero, denunció públicamente que había sido amenazado de muerte. Aseguró que un grupo criminal le exigía una cuota de 3 millones de pesos para dejarlo gobernar. El fin de semana fue ejecutado en una emboscada en Michoacán.

Días después de esa denuncia, los senadores perredistas Miguel Barbosa y Armando Ríos Piter lo recibieron en la Cámara alta. A ellos les pidió intervenir ante las autoridades federales para que le otorgaran el cuidado y la seguridad del municipio y de su persona.

Barbosa recordó que en esos días, como parte de la gestión realizada, “hablamos con Renato Sales, hoy coordinador Nacional de Seguridad; hablamos con la Secretaría de Gobernación en dos ocasiones y no nos dieron respuesta. Hoy Ambrosio Soto fue asesinado”.
Cuando Soto denunció por primera vez estas amenazas del crimen organizado, afirmó que éstas se las hicieron llegar “a través de algunos familiares, y que le mandaron decir que estaba sentenciado a muerte”.

Señaló aquel 6 de enero que “estas amenazas se deben a que me negué a dar dinero del erario y a designar como director de Obras Públicas del municipio a una persona que la delincuencia organizada me propuso”.

Barbosa recordó que en su reunión, Soto les mencionó que había sido amenazado “por no admitir el pago de derecho de piso, por impedir que se comerciara con carne robada y la siembra de amapola”.

El presidente municipal de Pungarabato, municipio de la Tierra Caliente de Guerrero, fue ejecutado junto con su chofer el pasado sábado, alrededor de las 23:30 horas, cuando regresaban de Michoacán.

El homicidio se registró en el punto conocido como “Las Curvas del Cajón”, entre San Lucas y Riva Palacios, Michoacán, cuando el alcalde se desplazaba hacia Ciudad Altamirano.

En la emboscada resultaron heridos dos policías federales que fungían como sus escoltas.

La guardia le fue asignada como parte de las medidas cautelares, luego de que en noviembre de 2015 el alcalde denunció ante la diligencia estatal y nacional de su partido amenazas y extorsiones por parte de la delincuencia organizada.

El pasado martes 5 de julio fue ejecutado Sebastián Soto Rodríguez, primo y chofer del presidente municipal asesinado.

Días antes de este ataque, Soto había declarado que estaba “hasta la madre” de la inseguridad, extorsiones y amenazas de muerte.

Incluso, también avaló que los habitantes de su municipio “se armen para defenderse de la delincuencia”.

Armando Ríos Piter calificó el hecho de “indignante y terrible”, principalmente porque “causa profunda indignación, toda vez que el Ambrosio Soto, desde hace varios meses, denunció que era sujeto de solicitudes de extorsión” por parte del crimen organizado.

 

 

 

El Financiero

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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