Conecta con nosotros

Increible

¿Cuáles son los videojuegos más polémicos?

Modern Warfare 2:

En la misión “No Russian”, el jugador tiene la opción de disparar contra civiles dentro de un aeropuerto en medio de un atentado terrorista. Las críticas tornaron en que el nivel podría servir de entrenamiento para cometer asesinatos masivos.

Resident Evil 5:

El personaje Chris Redfield es atacado por una horda de zombies negros en África. La polémica surgió en la idea de que un hombre blanco deba abrir fuego contra personas negras. Hay quienes acusaron al juego de promover la xenofobia y el odio racial.

Postal:

Este juego de 1997 fue uno de los primeros en permitir al jugador asesinar a personas inocentes. Tras varias denuncias a los desarrolladores, muchos minoristas retiraron el juego de los estantes.

Bully:

El personaje principal es James “Jimmy” Hopkins, chico problemático que busca ganar respeto en su nueva escuela. Para lograrlo, Jimmy debe completar varios mini juegos, como golpear a sus compañeros o abusar de los más débiles.

Doom:

Sus referencias satánicas y violencia explícita hicieron que Doom sea considerado como un “simulador de asesinatos en masa”. Desarrollado por ID Software, el videojuego fue duramente criticado por haber sido el favorito de los autores de la masacre de Columbine en 1999.

Mortal Kombat:

La fama de ser uno de los primeros juegos de lucha ultraviolentos generó alarma entre los padres de familia. El uso de personajes “fotoreales” y las cantidades exageradas de sangre generaron quejas contra los desarrolladores.

Grand Theft Auto: San Andres

Esta versión se encuentra en la lista de los Récords Mundiales Guinness por ser el videojuego más controversial de la historia. Más de 4 000 artículos lo acusaban de promover la violencia callejera y la corrupción.

Clic para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto