No todo ha sido felicidad para el deportista más galardonado de la historia olímpica
Michael es hijo de padres divorciados, muy tímido y, desde pequeño, expresó su fortaleza mental en el agua
Después de Beijing, se produjo el derrumbe al que siempre estuvo propenso
Fue fotografiado fumando mariguana, costándole una enorme sanción y así fue como el gigante quebró
Se distanció de su entrenador, Bob Bowman, a quien conoce desde los 11 años
En Londres acudió por pura rutina, empujado por el miedo a dejar el deporte que le había dado sentido a su vida
Al finalizar la justa olímpica, Phelps casi entró en depresión al caer en una espiral de autodestrucción
El agua era lo único que podía salvarlo y devolverle el equilibrio, de la misma forma que lo había hecho en su niñez
En Río de Janeiro tiene un desafío por encima de récords y medallas, una batalla contra sí mismo
Estos son sus quintos y últimos Olímpicos, pero esta vez su principal inspiración es su hijo
Excelsior