Los impactos de la construcción son sociales, económicos y ambientales. Para especies con poblaciones entre ambos países, el muro fronterizo se convierte en una barrera infranqueable. En la imagen, trabajadores remplazan la vieja cerca por una barda de metal más alta a lo largo de la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, TexasFoto Ap
La migración y los movimientos de más de 800 especies de vertebrados, principalmente mamíferos, reptiles y anfibios, está siendo afectada por el muro fronterizo entre México y Estados Unidos, que ya mide unos mil kilómetros y viola acuerdos internacionales ambientales y, por tanto, la soberanía de México, afirmó el investigador Gerardo Ceballos, del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
Por ello, calificó de estupidez la propuesta del aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro en la frontera entre ambas naciones, en una de las regiones más ricas en flora y fauna del continente, que ya tiene impactos terribles.
Los impactos del muro son, además de sociales y económicos, ambientales. Estos últimos tienen que ver con el movimiento de especies con poblaciones entre ambos países, para las que el muro se convierte en una barrera infranqueable.
Las que están en peligro de extinción –como jaguares, borregos cimarrones, el berrendo sonorense, castores y ocelotes– requieren de estos movimientos para mantener saludables sus poblaciones, pues entre más pequeñas, son más susceptibles a la extinción.
A escala mayor, el muro impacta los servicios ambientales, que son los beneficios que obtenemos los seres humanos de la naturaleza. Por ejemplo, la calidad y cantidad de agua, la calidad de aire y fertilización de suelos. El muro ya ha provocado cambios en el flujo de arroyos y ríos, infiltración y otros problemas que afectan a ambos países.
Mi grupo de trabajo y otros investigadores hemos evaluado que más de 800 especies están siendo afectadas, lo que empeorará si la totalidad del muro se construye, aseguró.
El experto en ecología y conservación de especies en peligro de extinción reconoció que cualquier nación puede proteger su soberanía de la manera que considere adecuada, pero tomando en cuenta un par de cosas: el respeto a la soberanía de otro territorio y a los acuerdos internacionales, en este caso, en materia ambiental.
Levantar el muro ha sido una flagrante violación a estos tratados, aseveró, al tiempo que señaló que el gobierno mexicano no ha hecho un reclamo lo suficientemente severo ante la amenaza.
Queja ante la ONU, una vía
Gerardo Ceballos, también especialista en macroecología y biogeografía, explicó que el Estado mexicano puede recurrir a la Corte Internacional de Justicia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en La Haya, para presentar su queja, o bien acercarse al gobierno estadunidense para procurar que en las regiones amplias donde no hay muro se garantice el paso de fauna y flora.
El experto indicó que se podría establecer una mesa de diálogo en la que especialistas en materia ambiental y política internacional analizaran el tema para encontrar soluciones.
En el Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre del IE, prosiguió, se pueden proporcionar soluciones de manejo y vigilancia de la frontera menos disruptivas y que se basen, más que en un muro, en mecanismos electrónicos que alerten sobre un posible tráfico ilegal de personas y/o drogas, sin que se afecte la diversidad biológica, los servicios ambientales y los derechos humanos.
Haremos una propuesta formal al Ejecutivo federal y a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sobre las acciones a seguir, de manera respetuosa para Estados Unidos y México, a fin de abordar este tema con la mayor ciencia y tecnología, evitando afectar a los pobladores locales, a la fauna, la flora y a todos los servicios ambientales que la región brinda, añadió Ceballos, premio Nacional al Mérito Ecológico y uno de los pocos científicos mexicanos miembros de la Academia Estadunidense de Ciencias y Artes.
La Jornada