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Cuba decreta 9 días de luto por la muerte de Fidel Castro

El Consejo de Estado de Cuba decretó a partir de este sábado nueve días de luto por la muerte del expresidente y líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien falleció anoche en La Habana a los 90 años.

«Durante la vigencia del duelo nacional cesarán las actividades y espectáculos públicos, ondeará la enseña nacional a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares y la radio y la televisión mantendrán una programación informativa, patriótica e histórica», precisó un comunicado del Consejo de Estado.

La Comisión Organizadora del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el Estado y el gobierno de la isla para las honras fúnebres del Comandante en Jefe Fidel Castro dio a conocer las actividades que se realizarán en los próximos días para rendir tributo al líder de la Revolución cubana, informó la agencia Prensa Latina.

A partir del 28 de noviembre, en el Memorial José Martí, los habitantes de La Habana podrán acudir a rendirle merecido homenaje a su líder, el cual se extenderá hasta el 29 de noviembre en el horario comprendido entre las 09:00 y las 12:00 horas.

El día 29, a las 19:00 horas, se realizará un acto de masas en la Plaza de la Revolución José Martí de la capital y al día siguiente se iniciará el traslado de sus cenizas por el itinerario que rememora La Caravana de la Libertad en enero de 1959, hasta la provincia de Santiago de Cuba.

La caravana concluirá el día 3 de diciembre. Esa mismo día, a las 19:00 horas, se realizará un acto de masas en la Plaza Antonio Maceo, de la capital santiaguera.

De acuerdo con la información, la ceremonia de inhumación se efectuará a las 07:00 horas del día 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia.

Publimetro

Juárez

Crece la indignación: rechazan nuevo muro fronterizo entre México y EU

Ciudad Juárez.– Con maquinaria pesada, barras de acero de más de 30 metros de altura y bajo un operativo federal acelerado, el gobierno de Estados Unidos inició esta semana la construcción de un nuevo muro secundario en la frontera con México, en el tramo que conecta Nuevo México con Ciudad Juárez. La medida, que forma parte de un ambicioso plan impulsado por el presidente Donald Trump, ha generado fuerte rechazo en ambos lados de la frontera.

El padre Javier Calvillo, párroco de la comunidad Mater Dolorosa y defensor de los derechos de los migrantes, cuestionó la lógica de un país “construido por migrantes” que ahora decide levantar más barreras. “Por mucho que pongas buenos muros, púas o las bolas esas, nunca vas a poder detener la migración. El migrante siempre encontrará el camino”, sentenció.

El muro, de 11 kilómetros de largo y con una estructura paralela a la ya existente, forma parte de una serie de refuerzos fronterizos en puntos estratégicos como San Diego, Yuma, Tucson, El Paso y el Valle del Río Grande. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), más de 137 kilómetros de muro están en construcción o en fase de planeación, todo bajo un ritmo acelerado desde que Trump asumió su segundo mandato en enero.

Calvillo advirtió que este tipo de políticas no frenan el flujo migratorio, sino que lo desvían hacia rutas más peligrosas y mortales. Además, denunció el incremento de redadas migratorias en California, que no respetan ni templos ni hospitales, calificándolas como una “flagrante violación a los derechos humanos”.

En respuesta a esta ofensiva antimigrante, la Iglesia Católica se prepara para conmemorar la 110 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado con un llamado claro: “Construyamos puentes, no muros”. El sacerdote destacó que Estados Unidos ha sido históricamente uno de los países que más se ha beneficiado del trabajo de los migrantes, tanto en el campo como en la construcción y servicios, por lo que pidió a las naciones abrirse a “la riqueza humana, económica y laboral” que representan.

El nuevo muro llega acompañado de un presupuesto récord: más de 46 mil millones de dólares destinados a seguridad fronteriza, triplicando lo invertido durante el primer mandato de Trump. Una cifra que para muchos simboliza no seguridad, sino división.

El debate sobre la migración en América del Norte vuelve a encenderse, mientras miles de personas siguen apostando su vida por cruzar una frontera que, ladrillo tras ladrillo, se vuelve más hostil.

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