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Para evitar deportaciones, SRE prevé alianzas en EU

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La Mesa Directiva del Senado de la República se reunió en privado con la canciller Claudia Ruiz Massieu, con quien analizaron la estrategia del gobierno de México, que incluye alianzas con congresistas y gobernadores de Estados Unidos para frenar deportaciones.
Esto ante los anuncios que ha hecho el presidente electo republicano Donald Trump.

En el cónclave privado en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la titular de la dependencia expuso la estrategia del gobierno mexicano y pidió a los senadores guardar la calma frente a los discursos y promesas de campaña de Donald Trump.

De acuerdo al vicepresidente de la Mesa Directiva, Luis Sánchez Jiménez, la canciller le expuso que se iniciará una nueva etapa de relaciones entre los dos países, por lo cual no hay que especular y se debe guardar la calma.

El senador perredista comentó que Ruiz Massieu se refirió a la estrategia del gobierno mexicano que se realiza, además de la defensa consular de los connacionales, a través de un mapeo de congresistas y gobernadores del vecino país del norte para conformar alianzas que permitan frenar deportaciones y fortalecer lazos económicos y sociales.

Nos habló ella de que tienen un mapa, un mapeo del Congreso de Estados Unidos, de los que pueden ser potenciales aliados, o los que verdaderamente son aliados y los que son contrarios a los intereses de México.

En dicho mapeo se incluye a los gobernadores, los alcaldes, con los que podríamos estar generando alianzas para defender la situación que hoy tenemos, evitar la deportación”, detalló el legislador.

Comentó que los senadores y la canciller fijaron el próximo 20 de diciembre como nueva fecha para reunirse y avanzar en una agenda común en defensa de los intereses de México frente al nuevo gobierno de Estados Unidos.

 

Excelsior

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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