Que una película tenga la leyenda: «basada en la novela de Gabriel García Márquez», podría garantizar público en las salas, pero no necesariamente si el libro se trata de Memoria de mis Putas Tristes, y la historia de un anciano que, en su cumpleaños, busca una noche de sexo con una prostituta adolescente.
Sin el consentimiento del director danés Henning Carlsen, Memoria de mis Putas Tristes se intentó filmar en 2009 en Puebla, gracias a que el Gobierno de Mario Marín, involucrado en un caso de pederastia, aportaría 20 millones de pesos de los 70 considerados.
La situación provocó que ONG’s y figuras como la escritora Lydia Cacho y la productora Bertha Navarro (El Laberinto del Fauno) acusaran a los responsables del filme, y hasta al Premio Nobel colombiano, por promover la trata de niñas.
«En aquel entonces, fue una tormenta de protestas la que se nos vino encima. Hasta García Márquez, incluso, se fue de México un tiempo», recordó en entrevista la productora Raquel Guajardo. «Creía, por lo que leía en los periódicos, que lo iban a meter a la cárcel».
Ahora, la coproducción México-España-Dinamarca, rodada en secreto en Campeche en 2010 bajo el título de El Sueño del Caribe, debutará en México en una gala a beneficio en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara sin hacer mayor ruido mediático.
Luego, en abril, tendrá un discreto estreno en salas nacionales, informan sus creadores.
«No hemos querido hacer sensacionalista la película con el marketing, anunciarla mucho, queremos cuidarla, más bien. Ya el título es un ‘shock’. Pero sí saldrá en pocas salas», confirmó Guajardo.
Carlsen, de 84 años, director de la adaptación protagonizada por Emilio Echevarría, Geraldine Chaplin y Ángela Molina, quien por razones que no entiende no fue invitado a presentar la película en Guadalajara, prometió desde Copenhague que la cinta no provocará escándalos.
«En la película no hay nada que puedas llamar promoción a la pedofilia, y eso está claro», precisó al teléfono. «Hay una gran diferencia de edad entre el personaje de anciano y la chica, él tiene 90 y de ella nunca se sabe, pero se ve como de 22 años».
«Memoria de mis Putas Tristes es una gran historia de amor de un hombre anciano que quiere sentirse menos viejo amando a alguien», consideró Echeverría.
El calvario de problemas, sin embargo, podría no acabar con la exhibición: el francés Jean-Claude Carriere, escritor de cabecera de Luis Buñuel, y a quien se le atribuye formalmente la autoría del guión de Memoria de mis Putas Tristes, declaró a Gente escuetamente vía correo electrónico no estar involucrado con la película.
«No tengo nada que ver», escribió luego de que se le solicitara una entrevista.
La cinta, que tuvo su primera exhibición en el mercado de cine de Cannes el año pasado, mantuvo su título sin censuras, por decisión de RTC, pero la clasificación, que los productores esperan sea B-15 (para mayores de 15 años), aún es una interrogante.
La Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, encabezada por Teresa Ulloa, que participó activamente con denuncias contra la realización del filme en 2009, podría tener algo que decir de nuevo, reconoció Echeverría.
«Todo lo que se dijo cuando se iba a hacer en Puebla podría salir a colación. No sé si cuando estrenemos, los protestantes aprovechen y aparezcan de nuevo».
Memoria de mis Putas Tristes se estrenará en marzo en Dinamarca, Noruega y Rusia.
Gusta al Nobel adaptación
El escritor colombiano Gabriel García Márquez y su mujer, Mercedes Barcha, ya vieron la adaptación fílmica de Memoria de mis Putas Tristes, y están complacidos.
«A los dos les gustó mucho la película», comentó la productora Raquel Guajardo. «Se les hizo bastante fina, elegante. Estaban sorprendidos, sobre todo, por la actuación de Emilio Echevarría».
El propio Echeverría, notificado de la reacción del escritor colombiano, se manifestó sumamente emocionado.
«Hombre, me siento muy contento. He visto al maestro García Márquez una o dos veces, en algún restaurante, nos hemos saludado, pero eso me llena de honor».
Durante el desarrollo del proyecto, dijo Henning Carlsen, el director, García Márquez no estuvo de ninguna manera involucrado y todos los trámites y consultas se veían con su agente, Carmen Balcells.
«Yo ni siquiera conozco a García Márquez, su agente era la persona con quien tratábamos».
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