La próxima edición del Diccionario de la Lengua, vigésimo cuarta de la historia y que ya ha comenzado con la preparación de su planta, tendrá una concepción plena y prioritariamente digital, su edición impresa, que será posterior y no al revés como se hacía hasta ahora.
Más de 801 millones de visitas durante 2016 al libro de referencia de la lengua hispana avalan este cambio de rumbo que Villanueva, durante la firma de un protocolo con la consejera de Cultura y Turismo de región de Castilla y León, María Josefa García Cirac, sustentó en la era de las nuevas tecnologías.
«Nunca antes el diccionario ha ejercido una influencia tan grande en el uso del español como hasta ahora», matizó después de analizar esa cifra de consultas virtuales a través de la web de la Real Academia Española (RAE).
Las veintitrés academias de la lengua española (incluidos Estados Unidos, islas Filipinas y desde hace un año Guinea Ecuatorial), desempeñarán «el lugar que le corresponden» en la gestación del nuevo diccionario cuyos primeros pasos comenzarán en Burgos, del 15 al 17 de marzo, durante una reunión de la comisión interacadémica que presidirá Villanueva, objeto del protocolo rubricado hoy.
«Será el primero para los nativos digitales, para los nacidos durante la burbuja digital, y servirá para confirmar el carácter panhispánico de todas nuestras actuaciones», precisó Villanueva, filólogo, crítico, profesor y desde diciembre de 2014 director de la RAE.
La primera fase del nuevo diccionario, para el que aún no hay fecha, «ha comenzado ya con la preparación de la planta, con la descripción y el detalle de todas las operaciones previstas» antes del volcado de las entradas.
Para Villanueva, más allá de perjuicios «que tenemos perfectamente localizados», internet ofrece «una oportunidad magnífica en esta tarea tan fascinante para que el castellano sea el idioma oficial en muchos países».
En el caso de Estados Unidos, objeto de recientes limitaciones anunciadas por el gobierno del nuevo presidente, Donald Trump, «todo indica que no ocurrirá lo mismo que ha sucedido con otros idiomas» en este país, que el director de la RAE calificó como «devorador de lenguas» en beneficio del inglés.
Excelsior