El despido del director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) James Comey, ha sido el momento más impredecible del presidente estadunidense Donald Trump en sus poco más de 100 días al frente de la Casa Blanca, indicaron analistas.
Comey dirigía la investigación sobre la presunta intromisión de Rusia en la campaña electoral de 2016, luego de denuncias de reuniones entre el personal del entonces candidato y funcionarios de inteligencia rusos.
La codirectora del Programa para Estados Unidos de Human Rights Watch (HRW), Maria McFarland, afirmó que el cese es «preocupante».
McFarland confía en que su sustituto tenga «una independencia incuestionable» y un «demostrado compromiso» en materia de derechos humanos y del Estado de derecho.
La decisión tomó al país por sorpresa y ha convertido a Washington en un hervidero de rumores, pues el único precedente fue en la presidencia de Richard Nixon.
Esto es nixoniano», espetó el senador demócrata Bob Casey en referencia al único presidente que hasta ahora había ordenado un despido semejante, en su caso, del fiscal especial Archibald Cox, encargado del caso Watergate que le implicaba.
El líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, aseguró que cuando el magnate le comunicó el despido, le respondió que estaba «cometiendo un enorme error».
Schumer exigió la designación inmediata de un fiscal especial independiente que dirija la investigación de los vínculos de Trump y el Kremlin.
El senador demócrata de Vermont, Patrick Leahy manifestó que se trata de una cubierta para ocultar una verdad innegable: el presidente ha destituido al director del FBI en mitad de una de las investigaciones más críticas para la seguridad nacional de la historia de nuestro país.
El presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC), Tom Pérez, tildó el despido de «vergonzoso abuso de poder».
El senador Tim Kaine, excompañero de la fórmula presidencial de Clinton, afirmó a su vez que el despido de Comey «muestra hasta que punto el gobierno teme la investigación sobre Rusia» y que la Casa Blanca busca «esconder la verdad».
El consejo de The New York Times criticó en un editorial al presidente Trump por despedir a Comey, acusando al mandatario de destituir al director del FBI por tener información de «consecuencias potencialmente ruinosas» para el gobierno.
La junta sostiene que la necesidad de un fiscal especial para investigar la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 y los vínculos del gobierno de Trump con el Kremlin «es más clara que nunca».
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.