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México

Las trabajadoras domésticas podrían tener prestaciones

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La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) buscará formalizar el trabajo doméstico o del hogar, labor a la que se dedican más de 2.3 millones de personas en el país, de las cuales 95 por ciento son mujeres.
La directora general de Fomento de la Seguridad Social de la STPS, Iris Arlette Gallardo Escamilla, dijo que lo anterior se hará para que este sector de la población económicamente activa tenga seguridad social y cuente con todos los beneficios que ello implica, informa Notimex.
Es decir, que las mujeres trabajadoras domésticas puedan tener la seguridad de saber que sus hijos estarán bien cuidados en guarderías, además de que tendrán la atención médica que se requiera, así como una pensión para cuando lleguen a su retiro laboral”, detalló.
La funcionaria de la Secretaría del Trabajo indicó que lo que se prevé es que esas personas cuenten con un empleo digno o decente, con condiciones laborales favorables, de acuerdo con un comunicado de la dependencia.
Gallardo Escamilla señaló que se debe modificar la legislación laboral a efecto de que las personas dedicadas a esa actividad además de que cuenten con una jornada laboral de ocho horas como cualquier otro trabajador, sino que tengan todos los derechos como los demás empleados en el país.
Respecto del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relativo al trabajo doméstico, la funcionaria refirió que México participa, en coordinación con distintas dependencias públicas, en la adecuación de las leyes en la materia, antes de ratificar ese documento.
“El trabajo doméstico es muy importante para el desarrollo económico del país, ya que muchas mujeres no podríamos salir a trabajar si no tuviéramos quién realice las labores en casa, lo que permite que las demás mujeres podamos irnos a las oficinas y las empresas teniendo la seguridad de que hay alguien de confianza que va a estar atendiendo el hogar”, añadió.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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