Cerca de 35 millones de monedas de baja denominación, conocidas como morralla, cambio, dinero suelto o “suegra”, circulan cada mes por cientos de instituciones bancarias, comercios, iglesias, transporte público, como limosnas, propinas o para el pago de algún servicio, entre manos que algunos rechazan y otros más que las esperan con gusto.
De acuerdo con datos del Banco de México (Banxico), en junio pasado la circulación de monedas de cinco, 10, 20 y 50 centavos, así como de uno, dos, cinco, 10 y 20 pesos, fue de 34 millones 885 mil 788 unidades.
Para Josefina, “Pina”, como la llaman cariñosamente en el supermercado en donde trabaja de empacadora, las monedas son tan esperadas como un billete de 20 pesos, pues “de la cantidad de monedas que me den, depende mi comida del día y el transporte de regreso a mi casa», dice.
La señora dice sonriendo: «Yo no las odio, al contrario, las quiero mucho, y entre más me den más feliz soy, yo quiero ver mi bolsita llena y pesada de moneditas, no me importa de cuánto sean, lo importante es que al final tenga lo suficiente para comer y para pagar la combi.
El Banco de México saca mensualmente a circulación poco más de un millón de monedas de cinco centavos, tan pequeñas y de tan poco valor, que muchas personas ni siquiera las toman en cuenta.
En una encuesta que llevó a cabo Notimex entre varias personas sobre este circulante, se comprobó que en la mayoría de los casos este dinero para muchos es casi invisible, se pierde en las bolsas, en los monederos o en las carteras, incluso cae al suelo sin que nadie lo levante.