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Ciencia y Tecnología

Lanzan Nokia 8 en México

El nuevo buque insignia de Nokia, el Nokia 8, se suma a la tendencia de captura de imágenes simultáneas con la cámara delantera y trasera, ambas de 13 MP.

La función «bothie», como la denomina Nokia, permitirá al usuario transmitir en vivo a través de YouTube y Facebook sin perder detalle de lo que sucede, pues divide la pantalla para la toma de la cámara principal y la frontal.

«El 60 por ciento de los compradores de nuestros productos son millennials», explicó Ali Bañuelos, director general para México y Centroamérica de hmd, compañía que produce los dispositivos Nokia.

El Nokia 8 cuenta con doble cámara con sensores monocromáticos y de color, mientras que la principal tiene un lente gran angular para ampliar el campo de visión en las selfis.

Ambas cámaras están hechas, por primera vez en Nokia, con lentes Zeiss.

Para aumentar la inmersión de los vídeos captados en «bothie», el dispositivo cuenta con tres micrófonos para grabar en 360 grados con tecnología llamada OZOAUDIO.

El poder del Nokia 8 recae en un procesador Qualcomm Snapdragon 835, Octa Core, además de la memoria RAM de 4GB para correr el Android 7 Nougat.

«Este equipo en particular se enfoca en ‘bothie»; el Android puro le da una ventaja de fluidez al equipo muy importante», comentó Jorge Zamora, director de ventas de Qualcomm Latinoamérica.

Respecto a la capacidad, tendrá 64 GB de almacenamiento y una autonomía provista por la batería de 3,090 mAh.

La pantalla es de 5.3 pulgadas con definición QHD, y el equipo promete ser resistente a salpicaduras. Además, el cuerpo está hecho de aluminio con lector de huella digital.

El Nokia 8 costará $13,999 pesos y estará disponible a principios de octubre en retailers del País en colores azul pulido, acero y cobre pulido.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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