Barcelona.- El presidente catalán, Carles Puigdemont, habló este martes de la necesidad de «desescalar la tensión», en su discurso en el Parlamento en el que podría declarar unilateralmente la independencia de la región.
Existe «la necesidad imperiosa de desescalar la tensión y no contribuir ni con la palabra ni con el gesto a incrementarla», dijo el presidente, explicando que su comparecencia de este martes no es por «voluntad personal, ni obsesión, es por los resultados» del referéndum prohibido del 1 de octubre.
La sesión se inició con una hora de retraso porque Puigdemont lo solicitó, según su campo por «contactos para una mediación internacional», aunque el gobierno español desmintió rápidamente ese escenario, indicaron a AFP fuentes coincidentes.
En la coalición conviven diferentes sensiblidades, desde el conservador PdeCAT, al partido de extrema izquierda de las CUP. Fuentes de la oposicion afirmaban que el retraso se debía en realidad a discrepancias con este partido.
El gobierno español había pedido a Puigdemont que no hiciera nada «irreversible» y desistiera de agravar la crisis política que vive España, la peor de su era democrática moderna, una demanda a la que se sumaron voces europeas.
El Parlament donde hablaba el presidente era un fortín. La policía catalana cerró al público el parque donde se encuentra la Cámara para «prevenir situaciones de presión sobre la actividad parlamentaria», ya sean unionistas o secesionistas, señaló un portavoz del cuerpo policial.
Las vallas rodeaban las entradas al parque, y había decenas de furgonetas policiales, muchas de ellas dando vueltas por la zona. Para entrar había que pasar por dos controles más que los habituales, y un helicóptero sobrevolaba la sede.
En el exterior de la zona acordonada, en el paseo Lluís Companys -el último presidente catalán que había declarado la independencia- miles de personas seguían esperando el discurso en dos pantallas gigantes de televisión.
El aplazamiento dejó a la gente expectante, hablaban entre sí y se preguntaban por el retraso.
«Será algo protocolar», especuló Lidia Gómez, una auxiliar de veterinaria de 34 años. «Muchos nervios, pero ya llegados aquí una hora mas no importa, lo hace mas emocionante».
«Estamos esperando que declaren la independencia y sabemos que tendremos que estar en la calle para defenderla», dijo Marta Martínez, abogada de 50 años.
El portavoz del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, avisó al presidente catalán: «quiero pedirle al señor Puigdemont que no haga nada irreversible, que no emprenda ningún camino que no tenga vuelta, que no lleve a cabo ninguna declaración unilateral de independencia, que vuelva a la legalidad», dijo a la prensa.
Rajoy comparecerá el miércoles a las 14H00 GMT en el Congreso de los Diputado para hablar de Cataluña. Sobre la mesa, el gobierno tiene la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que prevé la suspensión del autogobierno de Cataluña, restaurado tras la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), o incluso decretar un estado de emergencia, pero podría optar por una serie de medidas menos alarmantes.
La vicepresidenta del gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, en una acalorada sesión en el Senado, dijo que «vivimos uno de los momentos más importantes y difíciles de nuestra democracia», restaurada con las elecciones de 1977 y la Constitución de 1978 tras la dictadura franquista.
Madrid recibió además el respaldo del presidente francés Emmanuel Macron y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien pidió al ejecutivo catalán que «no anuncie una decisión que vuelva tal diálogo imposible» .
Por su lado Macron señaló que «confía» en una solución pacífica ante el «acto de fuerza» del ejecutivo catalán.
Pero las presionas nacionales e internacionales, así como la fuga de empresas y la incertidumbre económica, podrían moderar la postura de Puigdemont, que reclama una mediación internacional para solucionar el conflicto.
Según AFP, en juego está el futuro de un territorio estratégico para España, con una superficie similar a la de Bélgica, con un 16% de su población y un 19% de su Producto Interior Bruto. Y desde Madrid, no piensan quedarse de brazos cruzados.
En los últimos 86 años, el gobierno catalán ha proclamado en dos ocasiones la independencia, sin que llegara a materializarse. El primero en hacerlo fue Francesc Macià en 1931, y el segundo Lluís Companys, en 1934, lo que le costó ir a la cárcel.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.