Tras el caso de los estudiantes de cine de Tonalá, la Fiscalía General de Justicia detuvo a dos, de los ocho probables involucrados de los estudiantes, quienes declararon cómo los asesinaron.
En sus declaraciones a la FGEJ revelaron que, por ordenes del líder de la Cártel de Jalisco Nueva Generación, sicarios tenían la misión de vigilar la casa donde los estudiantes de cine filmaron su cortometraje y «levantar», en caso de que apareciera, a un «hombre bajo de estatura, güero y medio calvo».
Las características antes mencionadas correspondían a Diego «N», «El Diego», un presunto rival del CJNG.
La noche del 19 de marzo, cuando interceptaron en la carretera a los estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales de Guadalajara, los secuestradores capturaron primero a Javier Salomón «N», a pesar de que sus características no coincidían las dictadas por su líder, ya que creyeron que él era su objetivo.
«Entre ‘ El Fierros’ y ‘ El Pimpollo’ agarraron a un muchacho alto, gordo, barbón, pelirrojo, cara redonda, expansores en las orejas, traía un gorrito tipo vini en la cabeza», relató Gerardo o Eduardo Geovani «N» alias El Cochi, uno de los detenidos.
Luego de interrogar y torturar al joven de 25 años, descubrieron que estaban en un error, que no se trataba de «El Diego», el líder del denominado Cártel Nueva Plaza, una escisión del CJNG.
«Empezamos a platicar con Javier sobre si él era Diego y qué hacía, quién era. Nos dijo que era estudiante de cine y que estaba haciendo un documental», declaró El Cochi, quien agregó que Salomón fue torturado a tablazos por El Grillo y El Canzón.
«Alrededor de las 00:30 minutos me marcó Canzón, me dijo: ‘ se nos fue el muchacho Javier’ , y me dijo que lo iban a pasar para hacerlo agua», manifestó el a la Fiscalía.
Las declaraciones llevan a la Fiscalía suponer que a los tres jóvenes les colocaron una soga al cuello para girarla con un tubo hasta asfixiarlos, como lo habían hecho antes con otras víctimas: la técnica del «torniquete».