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México

«Ni un pinche peso» he tomado del dinero público, asegura Layda Sansores

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La candidata a la alcaldía en Álvaro Obregón de Morena, PT y PES, Layda Sansores, declaró que sus tintes de sirenita se los ha pagado ella y no ha tomado «ni un pinche peso» del dinero público, a pocos días de las elecciones que se llevarán a cabo el próximo domingo 1 de julio.

“Parece que se les está acabando la lana para comprar votos y conciencias, entonces empiezan a inventar mentiras, pero sólo les digo y no les voy a dar más explicaciones, los tintes rojos de mi pelo de sirenita me los pago yo”.

Estas declaraciones surgen después de que se publicaran facturas de objetos electrodomésticos y hasta tintes de cabello que se habrían cargado a cuenta del Senado.

“No es que sean pequeñas cositas, no, es la perversidad que quiere confundirnos, pero los dineros destinados a servir al ciudadano, a atenderlos y apoyarlos, ¡ni un pinche peso he tomado, que lo oigan bien!”.

Layda Sansores aseguró que se entregaron todas las facturas y papeles a la Auditoría Superior de la Federación para solicitar una auditoría, de manera que sus situación sea aclarada.

“Sería traicionar una ideología y enseñanza de vida que nos ha dado Andrés Manuel López Obrador en no robar, no mentir. A mí no me van a poder comprobar nada y si es necesario llegaré a las últimas consecuencias pero mi honor no lo manchan porque también este ha sido el enseñanza que le he dado a mis hijos”.

Finalmente señaló que es la única senadora que ha sido honesta al cien por ciento y eso lo seguirá haciendo en Álvaro Obregón.

“Eso es lo que vamos a practicar en Álvaro Obregón: honestidad y transparencia al cien. Soy la única senadora que transparenta todo y así lo haremos también en esta demarcación”.

Layda Sansores ha sido acusada de gastar dinero público en asuntos personales por 700 mil pesos en 2016 y 2017, en el Senado de la República.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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