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México

Tenemos familias destrozadas y otras buscando cuerpos: Tatiana Clouthier

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Para Tatiana Clouthier -quien fuera la coordinadora de la campaña de Andrés Manuel López Obrador-, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha dejado un país marcado por la muerte y la desolación.

Ante el inicio de los foros de consulta para la pacificación nacional este martes, los cuales fueron convocados por el virtual presidente electo para atender la violencia en el país, la actual encargada de transición en el área de Gobernación es clara en su análisis sobre la situación que vive México: “La gobernabilidad del país fue rebasada. El país no tiene gobernabilidad, es evidente”.

La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que 2017 fue el año más violento en la historia de México, con 31 mil 174 homicidios registrados. El año previo con más casos fue 2011, en plena crisis del combate al crimen organizado.

“Nos dejan un país de muertos. Y no sólo son los muertos sino lo que deja la muerte: desesperanza, dolor, tristeza. Tenemos familias destrozadas, otras que buscan cuerpos, hay desaparecidos, corrupción, abusos en derechos humanos. Hay un esquema de desolación, es muy palpable en el país. No lo tengo que decir yo, todos lo vemos”, expuso Clouthier en entrevista.

Para Clouthier, el gobierno de Enrique Peña Nieto cometió un error al fusionar la Secretaría de Seguridad Pública dentro de la Secretaría de Gobernación. Ambas instituciones, ya ha adelantado López Obrador, serán separadas nuevamente.

En campaña, López Obrador prometió un proceso de paz o amnistía. El objetivo es, dice Clouthier, pacificar al país y buscar la verdad de qué ocurrió en los años de violencia.

“No queremos la verdad para linchar a alguien, queremos la verdad para entender qué ocurrió y que no se vuelva a repetir”, explica.

Fuente: Aristegui Noticias

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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