Las automotrices extranjeras que tienen plantas en Estados Unidos no apoyan las normas del Gobierno del presidente Donald Trump para aumentar el contenido local en los vehículos fabricados en América del Norte, dijo un grupo que representa a firmas como Toyota Motor Corp, Volkswagen AG y Hyundai Motor Co a legisladores estadounidenses.
Las conversaciones entre el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, deben reanudarse el martes en Washington para tratar de resolver los problemas bilaterales restantes antes de que Canadá, que ha estado fuera de las charlas durante semanas, pueda volver a las negociaciones.
La posición de los fabricantes de automóviles fue expuesta en una carta del 16 de agosto del grupo «Here for America», que hasta ahora no se había reportado, enviada a los principales miembros del Congreso centrados en el comercio.
La misiva podría aumentar la resistencia a un renovado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por parte de los legisladores en los estados del sur, donde los fabricantes extranjeros han construido plantas automotrices.
«Seguimos preocupados porque, sin más aclaraciones, garantías y modificaciones, muchas de esas firmas que producen vehículos en múltiples estados no estarán en condiciones de apoyar la legislación que implementa un TLCAN 2.0», dijo el grupo en la carta, firmada por John Bozzella, presidente de Global Automakers.
Expertos de la industria han dicho que algunos fabricantes de marcas extranjeras con menor presencia de fabricación en América del Norte y menos personal de investigación y desarrollo en Estados Unidos pueden tener dificultades para cumplir los requisitos más estrictos de contenido durante años.
El grupo dijo que sus miembros, que también incluyen a Honda Motor Co Ltd, Daimler, BMW, Nissan Motor Co Ltd, Kia Motors, Subaru Corp y Volvo, una unidad de Geely Automobile Holdings de China, representan casi el 50 por ciento de la producción de vehículos de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, el Consejo Americano de Política Automotriz, que representa a los tres grandes fabricantes de autos de Detroit, se mostró «alentado por la dirección de las discusiones», expresó Matt Blunt, quien encabeza el grupo comercial.
«Compartimos los objetivos generales de la administración de fortalecer la fabricación automotriz de Estados Unidos y crear empleos, dada la importancia del TLCAN para la industria estadounidense, instamos a los negociadores a completar rápidamente las conversaciones», agregó Blunt, cuyo grupo representa a General Motors Co, Ford Motor Co y Fiat Chrysler Automobiles.
Estados Unidos y México se están acercando a un acuerdo bilateral sobre autos que elevaría el requisito del contenido norteamericano en los vehículos de fabricación regional al menos a un 70 por ciento desde el 62,5 por ciento actual.
El acuerdo establecería que alrededor del 40 por ciento del valor provenga de ubicaciones con salarios altos que paguen al menos 16 dólares por hora, lo que significa que estarían en Estados Unidos y Canadá, dijo a Reuters una fuente mexicana cercana a las conversaciones.
Funcionarios de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) se han estado reuniendo en los últimos días con automotrices individuales para asegurar su apoyo a posibles cambios, según fuentes de la industria. Una portavoz de la USTR declinó comentar. (Reporte de David Shepardson y David Lawder. Editado en español por Carlos Aliaga)
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.