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Congresos débiles permiten que hayan los “javieres duartes y borges”: IMCO

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Los congresos débiles son los que permiten que en México ocurran casos como del ex gobernador de Veracruz, actualmente preso, Javier Duarte, y de Roberto, Borge, de Quintana Roo, afirmó Manuel Guadarrama, representante del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

“No podemos tener malos gobernadores, más bien una de las explicaciones que los malos gobernadores que hemos tenido en los últimos años pues es precisamente por los congresos débiles, los Javieres Duartes, los Borges del país; no se puede explicar y entender si… Congresos débiles que no hicieron su trabajo, el llamar a cuentas a los gobernadores…”, afirmó.

Destacó que, de acuerdo con el Informe Legislativo 2018 realizado por el IMCO, un 78 por ciento de los mexicanos no tiene confianza en el Congreso de la Unión.

En lo que corresponde a los congresos locales, dijo que tienen la responsabilidad de hacer rendir cuentas al Ejecutivo estatal sobre la ejecución de políticas públicas, el control del gasto y la aprobación del presupuesto, no obstante, apenas ocho consideran centros de estudios de finanzas públicas en su ley orgánica y el resto de las legislaturas no cuentan con la debida capacidad técnica para detectar con oportunidad variaciones injustificadas de gasto y llamar a la rendición de cuentas a los funcionarios responsables.

Señaló que los diputados locales, un total de mil 124 en el país, “rara vez son estudiados y llamados a rendir cuentas. A partir del análisis de 65 marcos normativos, 32 tomos de cuenta pública, 32 portales electrónicos y 800 solicitudes de información a los congresos estatales se construyó una base de 4 mil 960 datos verificados y comparables. Con este acervo de información cuantitativa, el IMCO analizó cómo se puede avanzar hacia tener congresos locales más austeros y profesionales.

Agencias

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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