El expresidente surcoreano Lee Myung-bak fue condenado este viernes por un tribunal de Seúl a 15 años de prisión y a abonar una multa de 13.000 millones de wones (unos 9,9 millones de euros/11,5 millones de dólares) por varios delitos de corrupción.
La corte del Distrito Central de Seúl dictaminó hoy, en una sesión televisada, que Lee, que gobernó entre 2008 y 2013, es el dueño de facto del fabricante de autopartes DAS, compañía que encabeza el hermano del expresidente y que focaliza varios de los cargos que se le atribuían.
Por ello, el tribunal considera que Lee, de 76 años, orquestó la malversación de activos de la compañía con fines personales y políticos.
La fiscalía (que pedía un total de 20 años de cárcel por 16 delitos distintos entre los que se cuentan soborno, abuso de poder o malversación) consideraba probado que Lee había defraudado unos 35.000 millones de wones (26,9 millones de euros/30,9 millones de dólares) a la empresa.
Sin embargo, los tres jueces del tribunal solo consideran probado que malversó 24.000 millones (18,4 millones de euros/21,2 millones de dólares).
Por otro lado, la corte consideró a Lee culpable de aceptar un soborno de 5,85 millones de dólares (5,03 millones de euros) de una empresa tecnológica para lograr que el entonces mandatario condonara la pena de cárcel contra el presidente del mayor grupo empresarial surcoreano, Lee Kun-hee, por fraude fiscal.
Jueza lee la sentencia contra expresidente de Corea del Sur Lee Myung-bak. (EFE)
Lee Myung-bak no estuvo presente en la lectura del veredicto de hoy en protesta por la decisión del tribunal de permitir la emisión de la misma en directo por televisión al considerar que se trata de un caso de interés general.
Lee ha defendido en todo momento su inocencia y ha insistido en que todo el proceso es una maniobra revanchista por parte del actual Gobierno del presidente liberal Moon Jae-in.
Se trata del cuarto expresidente surcoreano condenado a prisión tras Chun Doo-hwan -que lideró la última junta militar hasta 1987- y los también conservadores Roh Tae-woo y Park Geun-hye, antecesora de Lee y depuesta de su cargo en 2017 debido a su implicación en el escándalo de corrupción de la “Rasputina”.
Con Park ya en prisión, la condena de Lee ahonda el pésimo balance para los conservadores surcoreanos tras su última etapa de nueve años en el poder (2008-2017).
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.