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Por afectación al ecosistema lagunar, Profepa clausura edificios en Bacalar

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La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró la construcción de cuatro edificios, de siete que se pretenden desarrollar, y un muelle, así como obras de excavación en un predio de más de mil cien metros adyacente a la Laguna de Bacalar, en Quintana Roo.

Las obras afectan el ecosistema lagunar, y durante un recorrido de vigilancia se detectó la eliminación de vegetación para los trabajos de preparación del sitio y construcción de edificios, lo cual contribuye a la pérdida de nutrientes presentes en el suelo, así como a la modificación de la estructura y estabilidad del suelo.

El sitio inspeccionado se ubica en un ecosistema lagunar costero con presencia en pie de ejemplares de Chaca Rojo (Bursera simaruba), Jabín (Piscidia piscipula), Tzalam (Lysiloma bahamensis) y Pucté (Bucida buceras) con diámetros de 20 a 25 centímetros y alturas de seis a ocho metros.

En la zona federal colindante al cuerpo de agua lagunar, se encontró la presencia aislada de ejemplares de Mangle Botoncillo (Conocarpus erectus) y Pucté (Bucida buceras).

La autoridad ambiental encontró la construcción de cuatro edificios tipo, colindantes a la zona federal lagunar; cada edificio ocupa una superficie aproximada de 28.14 metros cuadrados, constan de dos niveles y cuyo avance corresponde al armado de concreto para el colado del segundo nivel y forrado con tabla roca del primer nivel y cimentación para otros tres.

La sanción económica por llevar a cabo obras y actividades en ecosistemas costeros sin contar con la autorización federal en materia de impacto ambiental, puede alcanzar el equivalente de 30 hasta 50 mil días de la Unidad de Medida y Actualización, de acuerdo con la ley vigente.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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