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Opinión

Respuestas civiles ante la impunidad

Victor Quintana S.

[quote]Quinto jinete de este Apocalipsis norteño, la impunidad sigue cabalgando por todos los rumbos de Chihuahua.. Si no fuera por las voces, femeninas en su gran mayoría, que se yerguen en medio de la muerte, diríamos que la esperanza está siendo derrotada.[/quote]

Primer tiempo: El 1 de marzo, se cumplieron dos años del asesinato del Lic. Ernesto Rábago Martínez, compañero de la abogada Estela Ángeles Mondragón, defensora de la comunidad rarámuri de Bakéachi, ambos integrantes de la asociación civil Bowerasa. El crimen, acompañado de un intento de asesinato a la hija de la abogada y repetidas amenazas en contra de ella, llevaba el claro propósito de disuadir la sólida defensa jurídica conducida por Estela para recuperar las tierras de los indígenas indígena. Propósito fracasado: la comunidad ha ganado 32 juicios agrarios en primera instancia y 17 en segunda, ha logrado la restitución de más de 10 mil hectáreas y está en vías de que se le restituyan 12 mil más. En diciembre pasado logró el encarcelamiento de uno de los caciques por despojo y está realizando un programa de rescate de sus suelos y de sus pastos.

Sin embargo, hasta el momento las autoridades no han podido o de plano no han querido esclarecer el asesinato de Ernesto Rábago y las agresiones a Estela Ángeles y su hija, ni aprehender y castigar a los culpables. Peor todavía, la Procuraduría General de Justicia del gobierno anterior extravió buena parte del expediente que les entregó la Lic. Ángeles para contribuir al esclarecimiento del asesinato. Ante esto, la actual Fiscalía del Estado ha tenido que reiniciar la integración de dicho expediente… Para denunciar estos hechos un centenar de rarámuri de Bakéachi se hicieron presentes el jueves en Chihuahua y además celebraron una misa y “la fiesta de Ernesto” frente al Palacio de Gobierno.

Segundo tiempo: Diez años pasaron para que Norma Ledezma viera una brizna de justicia ante la desaparición y asesinato de su hija Paloma Escobar Ledezma. Años de dolor activo, de indignación eficaz hicieron que Norma se convirtiera en una experta en investigar la desaparición y trata de personas, en acompañar a madres adoloridas en la búsqueda y la denuncia de sus hijas ausentes. En fundar y operar organizaciones como Justicia para Nuestras Hijas y colaborar en la fundación del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres.

Por fin, el jueves 23, el Estado Mexicano en las personas del Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré y el Gobernador de Chihuahua, César Duarte, acató la recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso de Paloma Escobar Ledezma. En un acto público celebrado en la ciudad de Chihuahua, el gobernador reconoció la ineficiencia y las omisiones de las autoridades que impidieron se resolviera el caso de Paloma y abrieron la puerta para ulteriores desapariciones y asesinatos. Por su parte, el Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, pidió una disculpa pública a la familia a nombre del Estado Mexicano. Además, se develó un memorial en el Centro de Justicia para Mujeres que lleva el nombre de Paloma.

Logro indudable de Justicia para Nuestras Hijas, del CEDHEM. Pero el o los asesinos siguen libres. Logro simbólico que no devuelve la vida de Paloma ni de los cientos de muchachas desaparecidas y asesinadas.

Tercer tiempo: Mientras el Secretario de Gobernación y el gobernador pedían perdón públicamente, en la Sierra de San Agustín, cerca de Ciudad Juárez, las autoridades localizaban tres osamentas de mujeres jóvenes. Luego de practicárseles los exámenes correspondientes resultaron ser los restos de tres jovencitas: Lizbeth Avilés García, Jessica Leticia Peña García y Andrea Guerrero Venzor, desaparecidas desde el 2009 y 2010, en las inmediaciones del Centro de Cd. Juárez

Al día siguiente del hallazgo la madre de Jessica Leticia Peña García, la Sra. María García, decidió realizar un plantón permanente en la explanada de la Fiscalía de Justicia, velando ahí el féretro de su hija hasta que el Gobernador de Chihuahua viniera a darle el pésame y reconociera la serie de omisiones y negligencias en su caso y en los demás expedientes de las jóvenes desaparecidas., La acompañaron las integrantes del Comité de Madres y Familiares con Hijas Desaparecidas, que agrupa a más de 35 familias que comparten ese dolor, la Red Mesa de Mujeres y varias organizaciones sociales juarenses.

La valentía y firmeza de las madres hicieron que el lunes 27 por la noche el gobernador Duarte acudiera a darles el pésame de manera pública. El y el Fiscal se tuvieron que sentar a dialogar con las madres quienes les exigieron terminar con la impunidad de Estado que permite que prácticamente cada día desaparezca una mujer en Ciudad Juárez. Además, plantearon otras demandas muy concretas:

Que este gobierno transparente a las madres y a la comunidad la información referida a restos de mujeres que ya tienen en el servicio médico forense: número de osamentas, nombres, y todo el proceso de identificación de las mismas. Que se aceleren la identificación de víctimas y la investigación de los casos y revisiónd e expedientes se haga de manera exhaustiva por parte de la Fiscalía. Que se reconozca el número de mujeres desaparecidas, así los casos se hayan dado en administraciones pasadas. Que se elimina la complacencia con sitios como bares y cantinas en Ciudad Juárez, donde se contratan a mujeres menores de edad. Que haya una comunicación continua a la comunidad y espacios en los medios para información y pesquisas sobre las desapariciones. Que en todo momento se dé total apertura a la Red Mesa de Mujeres y al Comité de Madres para el conocimiento y seguimiento de los casos.

Sólo entonces, luego de haber enfrentado con valentía la impunidad de Estado las valientes madres y mujeres juarenses se retiraron a sepultar a sus hijas, no sus combates.

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Opinión

León. Por Raúl Saucedo

La estrategia de la supervivencia

El pontificado de León XIII se desplegó en un tablero político europeo en ebullición. La unificación italiana, que culminó con la pérdida de los Estados Pontificios, dejó una herida abierta.

Lejos de replegarse, León XIII orquestó una diplomacia sutil y multifacética. Buscó alianzas —incluso improbables— para defender los intereses de la Iglesia. Su acercamiento a la Alemania de Bismarck, por ejemplo, fue un movimiento pragmático para contrarrestar la influencia de la Tercera República Francesa, percibida como hostil.

Rerum Novarum no fue solo un documento social, sino una intervención política estratégica. Al ofrecer una alternativa al socialismo marxista y al liberalismo salvaje, León XIII buscó ganar influencia entre la creciente clase obrera, producto de la Revolución Industrial. La Iglesia se posicionó como mediadora, un actor crucial en la resolución de la “cuestión social”. Su llamado a la justicia y la equidad resonó más allá de los círculos católicos, influyendo en la legislación laboral de varios países.

León XIII comprendió el poder de la prensa y de la opinión pública. Fomentó la creación de periódicos y revistas católicas, con el objetivo de influir en el debate público. Su apertura a la investigación histórica, al permitir el acceso a los archivos vaticanos, también fue un movimiento político, orientado a proyectar una imagen de la Iglesia como defensora de la verdad y del conocimiento.

Ahora, trasladémonos al siglo XXI. Un nuevo papa —León XIV— se enfrentaría a un panorama político global fragmentado y polarizado. La crisis de la democracia liberal, el auge de los populismos y el resurgimiento de los nacionalismos plantean desafíos inéditos.

El Vaticano, como actor global en un mundo multipolar, debería —bajo el liderazgo de León XIV— navegar las relaciones con potencias emergentes como China e India, sin descuidar el diálogo con Estados Unidos y Europa. La diplomacia vaticana podría desempeñar un papel crucial en la mediación de conflictos regionales, como la situación en Ucrania o las tensiones en Medio Oriente.

La nueva “cuestión social”: la desigualdad económica, exacerbada por la globalización y la automatización, exige una respuesta política. Un León XIV podría abogar por un nuevo pacto social que garantice derechos laborales, acceso a la educación y a la salud, y una distribución más justa de la riqueza. Su voz podría influir en el debate sobre la renta básica universal, la tributación de las grandes corporaciones y la regulación de la economía digital.

La ética en la era digital: la desinformación, la manipulación algorítmica y la vigilancia masiva representan serias amenazas para la democracia y los derechos humanos. León XIV podría liderar un debate global sobre la ética de la inteligencia artificial, la protección de la privacidad y el uso responsable de las redes sociales. Podría abogar por una gobernanza democrática de la tecnología, que priorice el bien común sobre los intereses privados.

El futuro de la Unión Europea: con la disminución de la fe en Europa, el papel del Vaticano se vuelve más complejo en la política continental. León XIV podría ser un actor clave en la promoción de los valores fundacionales de la Unión, y contribuir a dar forma a un futuro donde la fe y la razón trabajen juntas.

Un León XIV, por lo tanto, necesitaría ser un estratega político astuto, un líder moral visionario y un comunicador eficaz. Su misión sería conducir a la Iglesia —y al mundo— a través de un período de profunda incertidumbre, defendiendo la dignidad humana, la justicia social y la paz global.

Para algunos, el nombramiento de un nuevo papa puede significar la renovación de su fe; para otros, un evento geopolítico que suma un nuevo actor a la mesa de este mundo surrealista.

@Raul_Saucedo

rsaucedo.07@uach.mx

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