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Opinión: Los monstruos sí existen, viven entre nosotros, por Diana Avitia

Todos quedamos pasmados la semana pasada al enterarnos del secuestro del joven Norberto Ronquillo, los noticieros nacionales y locales de inmediato prestaron atención a este caso, las redes se volcaron, un estudiante chihuahuense que había sido privado de la libertad, la novia del joven aviso a la familia que no lo localizaba y los padres se movieron de manera instantánea por todos los medios posibles para encontrar a su hijo, declaraciones fuertes pidiendo auxilio, todos nos conmovimos al escuchar lo que la madre de Norberto tenía que decir, tocó las fibras más sensibles, todos nos quebramos, más aun al conocer gracias a sus compañeros y familiares las características del joven, un chavo con futuro, noble, fuerte y a unos días de graduarse.

El lunes recibimos la fatídica noticia, Ernestina Godoy informaba el hallazgo de un cuerpo con las características físicas del joven, esperamos necropsia de ley. Las redes reaccionaron una vez mas pidiendo justicia, hashtags que permanecen en los trending topics hasta este momento pidiendo la renuncia de la jefa de gobierno, clamando justicia, exigiendo resultados. Hoy a diferencia de otros casos sentimos cercanía y mucha más empatía por ser uno de los nuestros, en fin, creo que no es necesario ahondar en el tema, todos conocemos los por menores y no es prudente profundizar en la herida.

En esta ocasión el punto de estas letras es tratar de desmenuzar el como reaccionamos nosotros como sociedad ante estos terribles acontecimientos, sin descubrir el hilo negro, sin resolver el problema, solamente hacer más evidente lo que nos está llamando a gritos y no queremos ver. Entiendo perfectamente y apoyo las voces que el piden acción inmediata a las autoridades es totalmente legítimo, exigir que los protocolos se lleven a cabo con celeridad y eficacia es lo menos que esperamos por parte del aparato gubernamental, de acuerdo con eso también, pero les pido que por un instante dejemos de echar culpas a los de siempre. La familia está en su total derecho de hacerlo, pero nosotros los que estamos viendo los toros desde las gradas, reflexionemos un segundo y pensemos; esos monstruos, esos homicidas y secuestradores, ¿de dónde vienen?, ¿dónde nacen?, ¿quién los cría? y sobre todo ¿de donde viene un odio tan grande que es capaz de convertirlos en esos delincuentes?.

El caldo de cultivo que da como resultado estos criminales es una mezcla homogénea de polarización, desventaja social, clasismo, maltrato, abusos, saber que hay una posibilidad enorme que no habrá repercusión, nada absolutamente nada de lo anterior justifica arrebatar la vida a nadie, soy férrea defensora y me identifico con una clase social que batalla, que lucha, que ve como el techo de cristal no se rompe, pero jamás lo seré de un delincuente.

Para poner en contexto lo que quiero decir pongo de ejemplo simple; un día que estaba en casa de mi abuela, el típico vecino vago e intoxicado 24/7 comenzó a realizar desmanes a unos metros de ahí, en la calle, yo al verlo decidí mover mi camioneta del lugar para que no resultara dañada y al verme, subió a su vehículo y me persiguió intentando impactarme, no lo logró, me asuste horrible, pudo ocasionar una tragedia. Después el mismo tipo golpeo a vecinos de la zona, ha hecho desmanes al por mayor y la policía municipal no ha podido hacer nada, intentan de inmediato aprenderlo, él se esconde en su domicilio bajo la tutela de su madre que se enfrenta a los elementos a gritos y palos, como no ha pasado a mayores, sus actos no han tenido repercusión judicial, fallas del sistema dirían alguno, puerta giratoria, reformas fallidas, tal vez.

El punto de todo el relato es que somos nosotros los que al ver la tragedia venir no hacemos nada, en el caso que nos ocupa podría asegurar que la madre y la familia de esos secuestradores desde temprana edad, supieron que esas personas eran delincuentes, solaparon y tal vez hasta tomaron ventajas económicas resultado de las atrocidades de estos monstruos, madres que defienden a capa y espada a sus vastagos, a costa de la vida de los hijos de otras personas, la crianza en la peor de sus formas, solapando delincuentes, quien no recuerda aquel caso de un ladrón que al entrar a un domicilio fue sorprendido y al defenderse el dueño de la casa lo mato, después la familia del delincuente exigía justicia, así de absurdo fue el caso, “es ratero pero jamás lastimo a nadie” decía su hermana, lo recuerdo claramente porque me impacto mucho.

Mi madre y yo platicábamos del tema y me dijo; si yo supiera que uno de mis hijos es un delincuente yo misma lo entregaba, no esperaba menos, han existido casos en donde esto ha ocurrido, pero son los menos. La pobreza no es justificante para actos de esta magnitud y no sólo es la buena o mala administración o el creciente índice de secuestros de Sheinbaum o AMLO, Mancera o Peña en su momento, exigirles que trabajen y den resultados, castigar la ineptitud y la corrupción, obviamente sí, no pretendo reducir responsabilidades de los que nos gobiernan, jamás lo haría, pero vayamos al fondo, volteemos a nuestro alrededor, palpemos el problema, que es enorme, pongámosle rostros cercanos,  esos delincuentes salen de nuestra sociedad, puede ser tu vecino, tu amigo, incluso estar en tu familia. La cercanía con un infractor no nos convierte en uno, pero la irresponsabilidad de solapar esas conductas sí, no es exclusivo de este delito, cuantas veces no hemos visto a familiares encubriendo golpeadores, misóginos, abusadores, defendiéndolos a sabiendas que esa conducta efectivamente la realizó, cuantos no conocemos a algún tipo que nos vende cosas muy baratas, por favor, sabemos de dónde las saca y comprar esos productos también nos hace cómplices de esos robos, esos delincuentes menores pronto lo serán a escalas grandes.

Lo decía en letras pasadas, ¿qué fue primero el huevo o la gallina?, ¿el político corrupto de donde viene?, ¿de generación espontánea?, o es criado por un núcleo familiar que ha puesto el ejemplo, el problema no se constriñe a una clase social, también hay infractores en altas esferas sociales. Desechemos la arcaica enseñanza cuando en la facultad en teoría del delito de Cesare Lombroso, que aseguraba existen delincuentes natos. No es así, el problema es coyuntural, exijamos del gobierno un sistema de justicia efectivo, exijamos inyección de presupuesto dirigido a fortalecer el núcleo familiar, programas de movilidad social, educación, pero sobre todo prestemos atención y dejemos de criar monstruos.

Opinión

Segundo round. Por Raúl Saucedo

Esto sigue

El próximo Domingo en el segundo debate presidencial, los reflectores estarán puestos no solo en las propuestas, sino en la evolución de los candidatos tras su primera confrontación. Con tres participantes en la arena, el desarrollo de sus habilidades y ajustes estratégicos se hará patente, delineando con mayor claridad el entorno de la carrera presidencial.

La candidata, quien en el debate inicial mostró notorias dificultades tanto en la articulación de sus propuestas como en su lenguaje corporal, enfrentara el desafío de superar la percepción de vulnerabilidad que dejó entre los electores. Su desempeño en el primer debate le impactó, y la única opción viable será reinventarse o regresar a la originalidad que la caracterizo, eso le quedo claro a ella. En esta segunda oportunidad, se espera que ella presentara un cambio radical que pudiera reposicionarla.

Por otro lado, el candidato masculino, cuyo mayor logro tras el primer debate fue catapultarse a la vanguardia de la agenda mediática, tenía la tarea de consolidar una mejorposición. Su estrategia será centrarse en mantener el ímpetu, utilizando su recién adquirida visibilidad para afianzar su imagen y resonar con un electorado más amplio. Este enfoque podría ser doblemente efectivo, considerando que su ascenso en las encuestas post-debate lo hacen visible especialmente en el sector juvenil.

Finalmente, la candidata que en el primer debate demostró tener un perfil ejecutivo y un carácter presidencial, se enfrentara al desafío de superar las expectativas sin caer en la complacencia. Su presencia y firmeza habrán de establecer un alto estándar personal, y su objetivo en este segundo encuentro será no solo defender su posición, sino también expandir su atractivo a través de propuestas innovadoras y un enfoque que pudiese captar aún más el interés del electorado ya cautivo.

El segundo debate se presenta entonces, como una arena de redención para algunos y de consolidación para otros. Con los ojos del país puestos en ellos, los candidatos debatirán no solo entre ellos, sino contra las sombras de sus propios pasados recientes, buscando no solo ganar el momento, sino posicionarse estratégicamente para la recta final de la campaña.

En términos de contenido, el debate girara en torno a temas críticos como economía, empleo, inflación, pobreza, desigualdad, cambio climático y desarrollo sustentable. Que para mi percepción será el de mayor contenido sustancial de gobernabilidad.

Con el segundo debate concluido, la carrera presidencial entrara en una de sus fases más críticas. La de consolidarse estratégicamente según los intereses generados.

Todo este entorno sucederá entre memes, canciones pegajosas que resuenan en antros y blupper`s diarios que nos regala el día a día en las campañas, mientras tanto yo seguiré diseñando escenarios inmediatos y acorto plazo durante este proceso y a la vez recibiendo notificaciones por terceros de personas que no se acordaban de este ser en los últimos 7 años, pero como dije en una cena reciente de amigos, en este proceso como en muchos anteriores, no faltaran las risas…

@Raul_Sacuedo

rsaucedo@uach.mx

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