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Opinión: El más grande de los caprichos, por Diana Avitia

Desde la campaña el presidente prometió cancelar una de las obras insignias de la administración pasada, el aeropuerto de Texcoco o Nuevo Aeropuerto internacional de México [NAIM], una construcción magna que sería digna de las mejores ciudades del mundo. La aversión del presidente a esta construcción, según lo dicho por el mismo, nace de la corrupción e irregularidades que presentaba el proyecto, a pesar de que el mismo Secretario de Comunicaciones y Trasportes dijo posteriormente que; “no se había encontrado ningún hecho probable de corrupción en la construcción del NAIM”, el presidente señaló una vez mas tener otros datos, jamás se han expuesto pruebas que hablaran este dicho y usando como herramienta la consulta popular se realizó una consulta en la que ganó la cancelación de la obra.

La consulta ciudadana que se dirigía al “pueblo bueno” era; Dada la saturación de Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; ¿cuál opción piensa usted que es mejor para el país?, había  dos posibles respuestas, la primera era; Reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía y la segunda; Continuar con la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco y dejar de usar el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ganando según los conteos después de cuatro días de votación la primera opción, hubo una participación de un millón 67 mil 859 personas, de las cuales 310 mil 463 participantes se inclinaron por la opción de Texcoco, mientras que 747 mil en favor de Santa Lucía, cifra irrisoria para el padrón oficial de votantes de nuestro país.

Se hicieron varios estudios para determinar el mejor lugar posible y el centro de investigación aeronáutica más prestigioso del mundo, Mitre, fue categórico en recomendar Texcoco. La evaluación técnica que realizó combinó la necesidad de tener un aeropuerto de gran capacidad que cubra la demanda de las próximas décadas, con el requisito indispensable de que sea seguro. La opción Santa Lucía resultó ser muy inferior, ya que solamente satisfaría la demanda aérea por cinco años mientras el NAIM lo haría por cincuenta. La organización sin fines de lucro es experta en seguridad y procesos aéreos, asesora a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, el sector de ese país sigue sus recomendaciones. Mitre en su reporte afirmó que Santa Lucía añadirá una «complejidad innecesaria» a la operación aérea de la Ciudad de México y puso en duda la viabilidad del plan.

Aun con todas estas recomendaciones y críticas, pese a que existe un cerro que obstruye el proyecto, fue anunciado con bombo y platillo para el pasado 29 de abril, bajo los argumentos de   corrupción y costo, el gobierno señalo que el NAIM costaría 285 mil millones de pesos en contra de Santa Lucia de 79 mil millones, pero El Colegio de Ingenieros Civiles de México señaló que el costo de Santa Lucia sería de 215 mil millones de pesos más 100 mil millones extra que costaría cancelar Texcoco y recomendó ampliamente que se recuperara el proyecto NAIM por seguridad, la planeación de Santa Lucia fue exhibida recientemente en los medios pues El Economista publicó cómo se incrementó el costo inicial por casi 8 mil millones de pesos debido a que no contemplaron el Cerro de Paula de 2 mil 625 metros sobre el nivel del mar, para la construcción de una de las pistas. Sin embargo, AMLO dijo que ya se tenía conocimiento de la situación desde “hace 50 años”, estos son los datos, así que juzgue usted lo que a su criterio con los datos de funcionalidad, planeación y montos económicos sería lo más conveniente.

En días recientes el asunto tomo otra dirección, es aquí donde el tema se nos complica y se vuelve un poco más técnico, esperando poder ser lo más elocuente posible les cuento; existen 147 demandas de amparo que impugnan la cancelación de NAIM, vaya que están en contra de la construcción de Santa Lucia, amparos principalmente divididos entre la CDMX y el Estado de México, el colectivo llamado #NoMasDerroches es el que toma la batuta del tema, ellos por varios medios se han movido para detener esta obra, nos preguntamos muchos cual es el esqueleto de la demanda, ellos argumentan que; tienen un interés legítimo, ya que les causo agravio la cancelación porque el impuesto aeroportuario que es el más costoso del mundo, mismo que servía para la construcción de un aeropuerto de clase mundial y que miles pagamos bajo esa premisa, después de la cancelación esa inversión millonaria se tiro a la basura, se sienten agraviados si bien no directamente, sí indirectamente ese es el interés legítimo bajo el que el colectivo funda su demanda, bajo esta premisa todos los que pagamos en alguna ocasión la tarifa de uso de aeropuerto (TUA) también tenemos ese derecho, sumados a los amparos interpuestos por pilotos, ellos por un interés directo ya que la seguridad no es la óptima y los vecinos de Santa Lucia también basados en la falta de seguridad y contaminación auditiva.

Días pasados, el 17 de junio para ser exactos el Juzgado Octavo de Distrito en el Estado de México ordenó suspender de manera definitiva el proyecto de Aeropuerto Internacional de Santa Lucía y su construcción hasta que se cuente con todos los dictámenes y permisos que exigen las leyes, así como a preservar las obras ya realizadas en el aeropuerto internacional de México en Texcoco (NAIM), ¿qué quiere decir esto?, todo juicio de amparo va acompañado de un mini juicio de suspensión para evitar que los derechos de quien se siente agraviado se frustren y que cuando la razón a criterio del juzgador y en un momento determinado del juicio va asistiendo a una de las partes, lo que se hace es conceder una suspensión del acto que se está reclamando aun cuando el juicio no ha tenido una resolución final, con el fin de que no se concrete antes de dicha sentencia, este es el caso de la construcción, porque si la obra sigue al final del juicio ya estaría la estructura muy avanzada, en este caso a eso se refiere la suspensión.

Todos tenemos una opinión, los números son contudententes, no es estar en contra de todas las decisiones del presidente per se, en esta ocasión consideramos fue un error enorme, muchos otros señalan que quienes están detrás del colectivo #NoMasDerroches atienden a intereses de empresarios y cámaras de comercio que se vieron afectados por el cambio radical, lo que es cierto aquí es que la autoridad judicial jugara un papel enorme y decisivo en el futuro del país, pidamos porque la razón asista al juzgador y sobre todo que por caprichos de unos cuantos no dejemos de crecer como país

Opinión

Fotografías. Por Raúl Saucedo

Las Políticas por hacer

El quehacer político moderno, a menudo toma en cuenta a los sectores de la sociedad que ostentan poder o influencia visible dentro de la comunidad:  Los adultos votan, las empresas influyen y los medios de comunicación amplifican sus voces. Sin embargo, en el complicado juego de poder, la niñez, un grupo vital pero silencioso, suelen quedarse en el margen.

La Niñez representa el futuro; es el cimiento sobre el que se construirán las próximas generaciones. Su bienestar, educación y salud son indicadores clave no solo de su calidad de vida individual, sino también del progreso y la salud de una sociedad en su conjunto. A pesar de esto, los gobiernos frecuentemente pasan por alto  la creación de políticas públicas enfocadas en este sector, principalmente porque esta parte de la sociedad no votan ni tienen voz directa en los procesos políticos.

Este “descuido” puede atribuirse a varios factores. Primero, la falta de representación política directa. La niñez depende completamente de los adultos para que sus intereses sean representados en el gobierno. Sin embargo, las agendas políticas suelen estar más influenciadas por las preocupaciones inmediatas de los votantes adultos —empleo, economía, seguridad— relegando a un segundo plano temas como la educación de calidad o la protección contra el abuso y la negligencia.

Además, la falta de datos específicos sobre los problemas que afectan a la niñez impide formular políticas bien informadas. A menudo, las estadísticas y estudios disponibles no desglosan la información por edad de manera que refleje las realidades específicas de este grupo. Esto conduce a un entendimiento incompleto de sus verdaderas necesidades y desafíos.

Es más, los problemas que afectan a la niñez suelen ser transversales y requieren una política integrada. Por ejemplo, la pobreza infantil no solo afecta la nutrición; impacta también en el acceso a la educación, la salud y las oportunidades de desarrollo social y emocional. Sin un enfoque especifico que contemple la complejidad de estos asuntos, las políticas resultantes pueden ser ineficaces o incluso contraproducentes.

La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en 1989 por las Naciones Unidas (ONU), establece en teoría un marco internacional para la protección de los derechos de la niñez, incluyendo el derecho a la educación, la salud y la protección contra la explotación infantil. Sin embargo, la aplicación de estos derechos en políticas concretas sigue siendo un desafío global.

Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos reconozcan la importancia de la niñez en el desarrollo social y económico de un país. Invertir en este sector no es solo una cuestión de cumplir con obligaciones morales o internacionales, sino una estrategia prudente para fomentar sociedades más educadas, saludables y equitativas. Los niños y niñas de hoy son los adultos del mañana; sus problemas y necesidades deben ser una prioridad, no una reflexión tardía.

Para abordar esta cuestión sistémica, es necesario promover una mayor participación de los expertos en infancia en los procesos de toma de decisiones y asegurar que las políticas públicas sean evaluadas también en función de su impacto en la población infantil. Las voces de los infantes, aunque no se expresen en las urnas, deben resonar en los corredores del poder a través de quienes aboguen por su bienestar y futuro.

Ignorar las necesidades de este sector en la formulación de políticas públicas no solo es un fracaso en proteger a los más vulnerables, sino también una miopía estratégica que compromete el desarrollo sostenible y la justicia social a largo plazo. Es hora de que los gobiernos ajusten sus lentes y enfoquen claramente en el bienestar y los derechos de los niños, garantizando así un futuro mejor para todos.

Este planteamiento personal y profesional surge en reflexión del pasado 30 de abril, donde la mayoría de mis amigos publicaron historias sobre festivales infantiles en compañía de sus hijos, mientras yo daba un clavado al baúl de los recuerdos encontrando fotografías olvidadas de una etapa fundamental de mi vida, todo esto con aquella canción de fondo del Maestro Sabina donde protestamos contra el misterio del mes de abril.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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