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Revista

El payaso que mató a 33 personas y que sirvió de inspiración para Pennywise

La coulrofobia, esto es, el miedo a los payasos, podría no tener justificación lógica de no ser por el terrible imaginario construido alrededor de los arlequines. Algo a lo que ha contribuido especialmente Stephen King con Pennywise, el escalofriante payaso de It, que puede transformarse a su antojo en los terrores más primitivos de cualquier persona.

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La encarnación de este mal traspasó las hojas de la novela de King para llegar, primero, a la pequeña pantalla, y, ahora, a los cines de la mano de Andy Muschietti. Eso sí, el payaso que aterroriza al Club de los Perdedores proviene de una historia real de la que Stephen King se inspiró para el terrible personaje.

Esta es la de John Wayne Gacy, más conocido como Pogo el Payaso, un asesino en serie que conmocionó a los Estados Unidos durante los años setenta. Gacy, que no tuvo una juventud precisamente agradable, fue arrestado y condenado por matar a 33 personas, como indican en Refinery29. Todas sus víctimas fueron adolescentes a los que solía conocer en las fiestas para las que trabajaba como payaso animador.
Gacy tuvo una convulsa historia personal. Su padre abusaba de él y le golpeaba habitualmente con un cinturón desde joven. Por ese motivo huyó de casa en cuanto tuvo oportunidad, escapando de la tortura paterna para instalarse en Las Vegas como asistente de una funeraria.

Una noche, el joven, después de observar cómo los trabajadores de la funeraria embalsamaban los cuerpos, decidió introducirse en un ataúd con un cadáver. Estuvo allí durante un tiempo, abrazando y acariciando el cuerpo sin vida de un adolescente.

Tras abandonar con su esposa el hogar familiar y mudarse con ella a Iowa cometió sus primeros abusos a menores entre 1967 y 1968. Al final, terminó en prisión, aunque sólo permaneció entre rejas 10 días, pues su modélico comportamiento le valió la libertad condicional.

Hasta 1978 cometió sus fechorías impunemente bajo la careta del temible payaso. Una de las pocas personas que consiguió escapar con vida de Gacy acabó con secuelas de por vida. Entre otras, un hígado destrozado por el efecto del cloroformo o los recuerdos de las violaciones a las que lo sometió Pogo el payaso. Gacy fue detenido en 1978, acusado de 33 asesinatos -de los que sólo se encontraron 29 cuerpos- y condenado a pena de muerte. Murió en 1994 mediante una inyección letal.

Pennywise vuelve a la gran pantalla con It: 2, para concluir su particular batalla con el Club de los Perdedores. La cinta, ya en cines, está protagonizada por James McAvoy, Jessica Chastain, Isaiah Mustafa, James Ransone, Andy Bean y Bill Hader. Eso sí, la historia del temible payaso podría estar lejos de acabar, pues, como reconoció su director, Andy Muschietti, hay una vasta mitología por explorar que podría conducir a una tercera entrega, algo que solo el tiempo dirá.

Excelsior

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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