Después de los cuestionamientos de la prensa al presidente acerca de la actuación de Mireles, como fieles creyentes en misa matutina fuimos invitados a perdonar, olvidar y abrir nuestros negros corazones, ¿qué tanto es tantito?, una burla más.
Después de que José Manuel Mireles, pistolero líder de los Grupos de Autodefensa hoy transformado mágicamente por venia presidencial en subdelegado del ISSSTE en el estado de Michoacán, por segunda ocasión en unos cuantos días insulta a las mujeres; primero el señor creyó oportuno llamarles pirujas y posteriormente enumerarlas, días después les llama nalguitas, se escudó diciendo que estaba citando a un líder sindical, en fin. Cada vez se nos hace más común escuchar el lenguaje más grotesco por parte de funcionarios públicos.
AMLO fue claro y dijo que no se le destituiría, que le exigía pidiera disculpas públicamente y que perdonáramos. Disculpas que durante la noche del martes hizo públicas vía twitter, una letanía absurda donde señala que solamente parafraseo a otra persona, y textualmente dijo; “No evado mi responsabilidad, la asumo y con el corazón en la mano ¡lo siento!”
Este tipo de personas no merecen laborar en instituciones tan nobles, no tienen cabida en el gobierno ni en la sociedad, la mejor disculpa hubiera sido su carta de renuncia, imaginen a este sujeto y muchos otros que en público se expresan así de la mujer, ¿qué dirán en privado? Hubo incluso quienes me comentaban que esto no era cuestión de género, yo respondía; si no consideramos que tratar a la mujer como objeto y ciudadano de segunda es claramente violencia de género, entonces tenemos mucho que aprender como sociedad. No mover el agua políticamente y mantener a un pistolero contento es más importante para este gobierno que cuidar de la integridad de sus ciudadanas, estas conductas seguirán permeando, la autoridad es permisiva, las cifras de feminicidios y violaciones siguen incrementándose, la cultura de la violación viva y las mujeres más vulnerables también.
Solo estamos viendo el resultado de lo prometido en campaña, perdón y felicidad. Por ello, perdonemos también al pueblo que ataco este fin de semana a elementos del ejército quienes fueron víctimas de una agresión por parte de pobladores en Querétaro. Un oficial y dos elementos heridos, además dos civiles con lesiones. Tratando de evitar el saqueo de un tren, los soldados observaron que alrededor de 50 personas abrían contenedores, se les pidió se desistieran y retiraran del lugar; sin embargo, se escucharon disparos de arma de fuego, por lo que el personal procedió a protegerse. La turba comenzó agredirlos con piedras, palos y botellas de vidrio, propinándoles golpes en diferentes partes del cuerpo, al mismo tiempo que intentaban desarmarlos; en respuesta, el comandante de las tropas efectuó disparos hacia el suelo, logrando dispersar al pueblo bueno. También a ellos perdonémoslos, nuestro ejército lacerado y menospreciado no es importante, delinquir abiertamente es lo de hoy.
Este fin de semana la estrategia de defensa frente a la delincuencia organizada fue clara, en Tamaulipas el presidente de la manera menos elocuente dijo; “Que se vaya al carajo la delincuencia. ¡Fuchi!, ¡guácala! e invito a todo aquel que delinque a “portarse bien” y pensar en sus madres. Es claro que con estas frases AMLO les habla a sus seguidores, tenerlos contentos con este tipo de actuaciones, esos a los que les encanta escuchar; ¡canallín!, ¡fuchi!, ¡me canso ganso! y todo ese circo, pero ¿hasta cuándo seguirá este absurdo y empezará la estrategia?, ¿hasta cuándo terminaran todas estas frases vergonzantes no dignas de un mandatario nacional?, lo veo distante.
Para cerrar el ultimo perdón del día se lo otorgaremos a Manuel Bartlett, político de carrera y hoy titular de la Comisión Federal de Electricidad, ese que dicen orquesto la caída del sistema, ex PRI, ex PT, hoy beatificado y casi convertido un santo, también a petición de nuestro presidente anticipadamente perdonémoslo, porque el reportaje por enriquecimiento ilícito que salió a la luz por casi 600 millones de pesos, es solo para opacar, son los opositores, esos conservadores. En fin, hoy los que criticaban justo estas arbitrariedades callan a la sombra del poder, mientras tanto las cifras de inseguridad siguen incrementándose escandalosamente, así que esté preparado para perdonar cuando sea una víctima más dentro de estas cifras.