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A un año de gobierno, los aciertos y las fallas de la 4T de AMLO

Tras su triunfo electoral en julio del 2018 y a un año de haber asumido el poder, el gobierno de AMLO ha tenido avances en diversas áreas. Sin embargo, en rubros como reducción de la violencia y crecimiento económico López Obrador pide «un año más» para dar resultados.

A un año de asumir la presidencia, Andrés Manuel López Obrador ha implementado cambios drásticos en la administración pública federal y ha dejado su impronta en el gobierno mexicano.

López Obrador asumió el poder el 1 de diciembre de 2018 con la promesa de “acabar con la corrupción” de la vida pública de México y llevar a cabo una transformación en el país.

Aunque el gobierno de López Obrador ha reportado logros, como sentar las bases legales para castigar la corrupción en el gobierno, el combate al robo de combustibles, y la persecución de delitos cometidos en la administración de su predecesor, Enrique Peña Nieto, también ha reconocido fallas.

Entre los desaciertos asumidos por AMLO en estos 12 meses de gestión están la incapacidad de su administración para reducir la violencia y no lograr un crecimiento económico anual de entre 2 y 4 por ciento que ofreció en campaña, por lo que ha pedido “un año más” para dar los resultados prometidos.

En medio de la crisis de violencia, que ya suma más de 28 mil muertes violentas de enero a octubre, el presidente enfrentó en el primer semestre del año una de las mayores olas migratorias de los últimos años, lo que a mediados del 2019 derivó en tensiones diplomáticas con el gobierno norteamericano de Trump.

Las tensiones fueron avivadas por la amenaza a finales de mayo por parte de Trump de imponer aranceles de forma escalonada de hasta 25 por ciento, si el gobierno mexicano no frenaba la llegada de migrantes centroamericanos a territorio estadounidense.

Luego de un acuerdo entre México y Estados Unidos para contener la migración, Trump canceló su amenaza, tras el despliegue de miles de policías de la Guardia Nacional a las fronteras del norte y sur para detener a migrantes.

Cinco meses después de asumir el poder, en abril Andrés Manuel López Obrador ofreció reducir los índices delictivos en seis meses.

El ofrecimiento lo hizo luego de que su administración tuvo uno de los arranques más violentos en la historia de México y tras una masacre el 20 de abril en la que 14 personas fueron asesinadas en el municipio de Minatitlán, en Veracruz.

“Cuando tengamos presencia suficiente de la Guardia Nacional en todo el país, entonces vamos a garantizar la seguridad pública, en 6 meses bajará la inseguridad”, dijo López Obrador en una rueda de prensa el 22 de abril.

Cumplido el plazo de seis meses, y con 28 mil 741 homicidios de enero a octubre, un incremento de 2.14 por ciento comparado con el mismo periodo del 2018, López Obrador pidió el 1 de noviembre un año más para reducir la criminalidad en el país.

Las declaraciones de López Obrador se dieron tras el operativo fallido federal de detención de Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, el 17 de Octubre en Culiacán, Sinaloa.

Tres días más tarde de su petición de “un año más”, nueve integrantes de las familias mormonas LeBarón y Langford de Chihuahua, seis menores de edad y tres mujeres, fueron asesinadas por un grupo armado en Bavispe, Sonora.

El incidente derivó en tensiones diplomáticas entre México y Estados Unidos por tratarse de ciudadanos norteamericanos.

Fuente: Aristegui Noticias

México

EU refuerza presencia militar en Latinoamérica con 4 mil marines; Sheinbaum rechaza el intervencionismo

Estados Unidos inició el despliegue de 4 mil elementos, en su mayoría infantes de Marina, en aguas del Caribe y América Latina con el argumento de frenar el tráfico de drogas. La operación incluye aviones de reconocimiento, destructores, un submarino nuclear y un barco de guerra equipado con misiles, lo que confirma una estrategia de clara exhibición de fuerza.

La primera revelación provino de la cadena CNN, que citó a oficiales del Departamento de Defensa. Posteriormente, otros medios confirmaron que la misión contempla aeronaves P8 Poseidon, así como equipos de vigilancia marítima. Uno de los oficiales consultados calificó el movimiento como una maniobra disuasoria, aunque admitió que la sola presencia militar abre la puerta a un abanico de posibles acciones.

Pese a ello, especialistas cuestionaron la utilidad de los marines en tareas antidroga, ya que carecen de formación específica en este ámbito. Consideran indispensable la intervención de la Guardia Costera, aunque no está claro si será incorporada. Tradicionalmente, este tipo de operaciones recaían en la DEA y no en las fuerzas armadas, un cambio que refleja la política del nuevo gobierno de Donald Trump.

Hace unos meses salió a la luz una carta del secretario de Defensa, Pete Hegseth, en la que definió como misión del ejército “sellar las fronteras y repeler cualquier forma de invasión”, incluyendo inmigración irregular, tráfico de drogas, contrabando de personas y actividades criminales. Incluso mencionó la posibilidad de deportaciones coordinadas con el Departamento de Seguridad Nacional.

La decisión provocó reacciones en México. Desde Chetumal, Quintana Roo, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó cualquier forma de intervencionismo, aunque confirmó que existe coordinación con Washington. “Se colabora y se coordinan acciones en instancias internacionales, pero nunca el intervencionismo”, afirmó durante su conferencia matutina en la Base Aeronaval de Chetumal.

La mandataria precisó que el secretario de Marina informó en el Gabinete de Seguridad sobre la presencia de buques estadounidenses en aguas internacionales, principalmente entre Panamá y Sudamérica. “Nuestra postura será siempre el respeto a la autodeterminación de los pueblos, no solo para México, sino para toda América Latina y el Caribe”, enfatizó.

Sheinbaum también respondió a las declaraciones de Donald Trump, quien un día antes aseguró que “México hace lo que le decimos y Canadá hace lo que le decimos”. La presidenta replicó que en México “el único que manda es el pueblo”.

Trump defendió su decisión alegando que, a diferencia de su antecesor Joe Biden, él no requirió legislación para cerrar las fronteras. “Yo simplemente dije ‘vamos a cerrarlas’, y todos lo entendieron. Ahora vuelven a respetar al país”, declaró el mandatario republicano.

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