“Difunden información equivocada, minimizan la amenaza y evaden la rendición de cuentas”, así califico Jackson Diehl, especialista en asuntos internacionales y subdirector de editorial en su columna de opinión en el The Washington Post a los perdedores de la prueba de gobernanza frente a la pandemia. En el top tres de esos populistas y distinguidos puestos tenemos a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador.
AMLO fue nuevamente criticado por el ojo internacional debido a su reacción ante la situación que vivimos, hasta el momento que escribo estas letras, el COVID 19 ha cobrado la vida de 29 personas en el país, sumados a los 1215 casos confirmados. López fue comparado con dos líderes populistas de derecha como lo son; el presidente estadounidense y el brasileño, quienes al mero estilo de nuestro mandatario nacional minimizaron la situación afirmando el primero que; “el virus desaparecería como un milagro” y el segundo aseguraba; “es solo un ligero resfriado”.
Diehl también afirma que “con las abdicaciones de los presidentes la carga de la amenaza ha recaído en las administraciones estatales y locales, creando confusión y competencia por los recursos”, por lo menos en lo que competa a México esta afirmación le cae como anillo al dedo, los gobernadores tuvieron que tomar medidas propias, debido a que mientras el virus avanzaba el mandatario nacional seguía abrazando, teniendo eventos públicos e invitando desde un restaurante a la ciudadanía a salir, esto hace apenas unos días, mientras que los gobernadores que no son de MORENA, claro está, invitaban a la prudencia, se adelantaron al cese de clases, incluso hicieron frentes comunes para toma de decisiones. Por otro lado, hubo mandatarios irresponsables y con falta de tacto como Barbosa que afirmaban abiertamente irreverencias como que el virus solo les daba a los ricos y que los pobres eran inmunes.
Después del ridículo internacional al que se expuso AMLO en una de sus mañaneras, con su ya distintiva falta de elocuencia y extrema lentitud al hablar, afirmaba que sus estampitas y amuletos lo protegerían del virus, suponemos que alguien en su sano juicio le hizo ver el inminente desastre que se aproxima, por ello hoy el subsecretario de salud; López Gatell lleva el mando de la información y desconocemos porque el titular de la Secretaria de Salud no se hace presente ni da la cara ante la situación, pero no nos sorprende que ante la crisis los miembros del gabinete Lopezobradorista brillen por su ausencia.
A López Gatell se le ve ecuánime cuando está solo, es un hombre que ha tenido experiencias que avalan su conocimiento, pero cuando se hace presente el mandatario nacional podemos ver la inmediata incomodidad del subsecretario, bajo la presión mediática y en busca de aprobación presidencial ha caído también en absurdas declaraciones como lo fue decir que; “la fuerza del presidente es moral y no de contagio”, pero también ha tenido sus pequeños enfrentamientos en los que ha contravenido afirmaciones de AMLO, como cuando este último aseguraba que para una fecha cercana esto habría parado, a lo que Gatell respondió; “más o menos”.
Afortunadamente México no se limita a una persona, aunque esto pese en Palacio Nacional seguimos teniendo; diferentes corrientes de pensamiento, mandatarios ecuánimes, empresarios responsables, una clase trabajadora sumamente preocupada. Hemos tomado precauciones a la medida de nuestras posibilidades, sabemos que nos costara la caída de la economía, que el panorama hoy es sombrío, pero ante la falta de un líder fuerte que hasta este momento no ha tomado decisiones de apoyo a los empresarios, por el contrario, amenazo desde ya que no habría apoyos fiscales, las fuentes de empleo caerán, miles de mexicanos se quedaran sin sustento.
La realidad nos rebasa y nos cobra las decisiones del pasado, México eligió a un eterno candidato y no a un presidente, encumbró a un showman y no a un mandatario de altura, el enojo, oportunismo, populismo y frustración colectiva colocó a muchos incapaces en puestos clave. Al ser electo ningún mandatario sabe lo que el futuro le depara, pero sí elige como enfrentar los problemas, hoy un hombre que sembró división, pide tregua, el presidente se niega a realizarse la prueba del COVID19 a pesar de las recomendaciones, hoy teme ser obligado por las circunstancias a dejar sus conferencias ya que son el medio por el cual maneja a la nación, hoy se termina el candidato, hoy México exige a un mandatario.