La aprobación ciudadana al trabajo que está realizando el presidente Andrés Manuel López Obrador registró 58 por ciento en el mes de julio, dos puntos por arriba de lo registrado en el mes anterior, según revela la encuesta nacional de El Financiero, realizada a 820 adultos por vía telefónica. De acuerdo con el sondeo, la desaprobación es de 37 por ciento.
Entre las temáticas que dominaron la agenda informativa el mes de julio estuvieron el viaje del Presidente a Washington DC, la diseminación de videos de grupos criminales, la extradición de Emilio Lozoya, y el aumento de los contagios de coronavirus. Las cifras sobre la caída de la economía de poco más de 18 por ciento en el segundo trimestre se dieron a conocer después del levantamiento de la encuesta.
El estudio indica que la percepción sobre el manejo del gobierno en el tema de la salud dio un avance de 40 a 45 por ciento en la opinión favorable de junio a julio, mientras que la opinión desfavorable bajó de 40 a 32 por ciento. Este avance se registra con todo y que las cifras de contagios en el país continúan registrando niveles récord. El manejo de la economía registra opiniones predominantemente desfavorables, pero también se observa un ligero avance de junio a julio, al caer las opiniones negativas de 65 a 58 por ciento, mientras que las opiniones positivas pasaron de 20 a 22 por ciento. En el tema de seguridad pública, donde la opinión es predominantemente negativa, se observa un ligero avance en las percepciones positivas, al pasar de 23 a 28 por ciento, mientras que opiniones negativas bajaron ocho puntos, de 63 a 55 por ciento, entre junio y julio.
Según la encuesta, la inseguridad es vista por el 21 por ciento como el principal problema del país, situado por debajo de la economía y de la pandemia.
Sin embargo, al 68 por ciento de los entrevistados le preocupa mucho el crimen organizado. El 71 por ciento opina que la situación del crimen está fuera de control, frente al 22 por ciento que opina que el gobierno tiene las cosas bajo control.
Desde el principio de su administración, el presidente López Obrador se pronunció por una política de “abrazos, no balazos” en el tema del crimen organizado. Al preguntar cómo debería tratar el gobierno el asunto, 19 por ciento de los entrevistados dijo que prefiere una política “de abrazos”, es decir, sin enfrentamientos armados ni violencia. En contraste, el 72 por ciento prefiere una política más agresiva, “con balazos”, capturando y castigando a los criminales.
El Financiero